Solo se paralizará la docencia presencial este curso en caso de haber un alumno que haya dado positivo y sus compañeros de clase, que deberán cumplir la cuarentena. La consejera Rocío Lucas aseguró hoy en Valladolid que la Junta trabaja para que la enseñanza se desarrolle de forma presencial el curso próximo en todas las etapas educativas, “siempre que sea posible”. Además, se mantiene el compromiso de que el curso se inicie con menos alumnos por grupo, lo que ha supuesto la contratación de 600 profesores en la enseñanza pública y 200 en la concertada, así como reforzar el servicio de limpieza y comprar material de higiene y desinfección e, incluso, realizar algunas obras de adecuación para ajustarse a los protocolos COVID, junto a los planes de actuación de cada centro.
La Consejería de Educación analizará con Salud Pública el borrador del protocolo de vuelta al cole remitido anoche por el Ministerio de Sanidad que contempla, entre otros asuntos, un retorno a las aulas en septiembre semipresencial para los alumnos de Tercero y Cuarto de la ESO así como Bachillerato, que alternarán las clases en el centro y la formación a distancia desde su domicilio.
Después de visitar las obras del comedor del Colegio Alonso Berruguete de Valladolid, Lucas precisó que hay comunidades con el mismo número de alumnos que Castilla y León -350.000- pero con la mitad o un tercio de centros existentes en la región -1.300-. Por lo tanto, entendió que esos territorios puedan utilizar la “fórmula” de la semipresencialidad a partir de Tercero de la ESO pero dejó claro que en Castilla y León no hay esos problemas de falta de espacio, por lo que se mantiene la apuesta por la enseñanza presencial.
Puso el ejemplo del Alonso Berruguete, donde será necesario desdoblar cuatro grupos de Infantil y Primaria, que conlleva la contratación de 4,5 profesores más y reubicar a esos alumnos en las aulas de psicomotricidad, música y biblioteca.
A falta de contrastar toda la información remitida por los centros, Rocío Lucas aseguró que se trabaja en la posibilidad de organizar turnos en un “pequeño porcentaje” de colegios en todas las provincias de la Comunidad ante la falta de espacio físico. “Habrá que hablar con los equipos directivos y ver qué alternativas hay”, afirmó.
La consejera valoró, según declaraciones recogidas por la Agencia Ical, estos esfuerzos por parte de la administración educativa para que el inicio del curso 2020-2021 sea “seguro” con el objetivo último de garantizar el derecho a la educación y a la equidad y evitar que se produzca una brecha educativa entre los alumnos. “El compromiso de la Junta con la educación en Castilla y León es ineludible”, sentenció.
La consejera aseguró que, desde el pasado 14 de agosto, se procede a la adjudicación de las vacantes de los profesores que reforzarán las plantillas docentes mientras que en la concertada se llevan a cabo los procesos de selección.
Además, Rocío Lucas recordó que el protocolo genérico elaborado a finales del curso pasado entre el Ministerio y la Consejería de Educación ha servido de base para que los equipos directivos de los 1.300 centros educativos de la Comunidad hayan elaborado su propio plan en el mes de julio. En la actualidad, los técnicos de la Consejería revisan esos planes para recibir el visto bueno. Todos se deberán ajustar a las nuevas ratios de alumnos por clase, que se ha fijado en 22 en Infantil y Primaria (frente a los 25 de otros cursos) y 25 en Secundaria y Bachillerato (entre 30 y 35 otros años).
Plan de cada centro
Por lo tanto, a lo largo de esta semana y la próxima está previsto que los centros cuelguen en los portales web su plan y se informará a las familias de la reestructuración de cara al curso próximo. Un plan que recogerá la entrada y salida escalonada de los estudiantes para evitar aglomeraciones, los nuevos tiempos de recreo y el reparto de los alumnos en el comedor escolar.
Por lo tanto, se mantiene la constitución de los llamados ‘grupos burbuja’ para “aislar” lo máximo posible las clases con el resto de compañeros del centro y así evitar la propagación masiva del virus. De esta manera, una vez identificado el grupo reducido, solo se paralizará la docencia presencial en caso de haber un alumno que haya dado positivo y sus compañeros de clase, que deberán cumplir la cuarentena. En estos casos, continuará la formación telemática, gracias al refuerzo de la digitalización de los centros llevado a cabo por la Junta. En este sentido, citó la formación de cerca de 7.000 profesores en la materia durante el mes de julio, que se suman a los 10.000 docentes que habían reforzado sus competencias en materia digital durante el estado de alarma. “No habrá un aislamiento educativo sino solo un aislamiento físico del espacio donde se de un contagio”, expuso.
Protocolo «uniforme»
Esta es la idea pero Rocío Lucas subrayó que las autonomías, a través de las consejerías de Sanidad y Educación, y el Gobierno trabajan en el protocolo para determinar cómo se actuará en caso de un positivo por Covid en el ámbito educativo, ya sea un profesor o un alumno. En todo caso, la consejera apostó por que el documento sea común, lo “más homogéneo” y lo “más coherente” posible, que previsiblemente será aprobado en una de las dos conferencias interterritoriales que están pendientes. “Pedimos algo uniforme para que todas las comunidades actúen de forma similar cuando se detecte un contagio de COVID en un colegio”, precisó.
La consejera de Educación reconoció la incertidumbre de muchas familias ante una situación de pandemia, que no solo afecta al ámbito educativo. Eso sí, significó que aún quedan tres semanas para el inicio del curso escolar y que en unos días se determinará a quien se debe aislar o no en los centros cuando se detecte un positivo por coronavirus. Además, trasladó un mensaje de tranquilidad y confianza a toda la comunidad educativa, tanto a los alumnos y sus familias como al personal docente, de cara al inicio del curso el 9 de septiembre.
En este sentido, Lucas confió en que todos los docentes cuenten con la prueba PCR para la detección del coronavirus antes de la reincorporación a las aulas. Señaló que se han encontrado con algunos problemas a la hora de localizar a algunos profesores al estar de vacaciones en agosto. Con el objetivo de reducir la lista de espera existente, se priorizará al personal, en función del inicio de las clases, que está fijado el 9 (Infantil y Primaria), 14 (ESO, Bachillerato y FP) y 21 de septiembre (FP Básica y ciclos formativos de Grado Medio).
Personal de limpieza todo el día
También se refirió que la Consejería abonará a los centros el gasto que se vean obligados a afrontar para comprar el material de higiene, además de anunciar que cada colegio o instituto contará con un stock de mascarillas para el alumnado y el profesorado en caso de pérdida o rotura. Además, está previsto que el personal de limpieza esté durante toda la jornada lectiva en el centro para realizar la desinfección periódica de los baños y las zonas comunes para evitar posibles contagios.
En cuanto al transporte escolar, Lucas manifestó que se mantiene el protocolo específico en esta materia, remitido por el Ministerio de Educación, que no se plantea mantener una distancia mínima de seguridad y solo la utilización de la mascarilla. Eso sí, precisó que la nueva situación conllevará un refuerzo de los acompañantes y una mayor desinfección entre los diferentes turnos de viaje. “La Junta asumirá ese plus de exigencia a las empresas de transporte”, afirmó.