Carlos Villagrán es el capitán del Viveros Herol Balonmano Nava de la División de Honor Plata del balonmano Nacional. En la antesala de la élite mundial, el equipo de la localidad segoviana mantiene la esperanza, con el presupuesto más ajustado de la categoría, de mantener al pueblo y a la provincia en el escaparate nacional, pese a contar con unas instalaciones que sonrojan a los anfitriones cuando a Nava de la Asunción llegan los equipos visitantes. El frontón municipal data de los años 80 y aunque se comenzó un nuevo pabellón hace años, las obras se paralizaron y no terminan de retomarse.

Después de una primera vuelta en la que el equipo se ha mostrado muy irregular y está en puestos descenso, el capitán no pierde la esperanza y apela a la unidad del vestuario y al trabajo en conjunto para conseguir la permanencia que siempre ha sido su objetivo.

Los jugadores del balonmano Nava no son profesionales y cada uno tiene su propia ocupación. En el caso de Carlos, atiende a segoviaudaz.es desde su taller de carpintería.

Segoviaudaz: La primera vuelta no ha sido muy satisfactoria.

Carlos Villagrán: La verdad es que no. Nos costó mucho arrancar, el adelanto de la temporada., un calendario exigente de inicio y la daptación de los nuevos nos pasó factura y aunque a estas alturas ya dereríamos estar conjuntados, no lo hemos logrado. Pero todavía queda una vuelta y estamos trabajando mucho es aspecto físico para estar fuertes en el tramo final de la temporada que es donde tenemos que estar mejor.

SA: ¿Qué ha cambiado con respecto al exitoso año anterior?

C.V: Ahora nos conocen. Además el plus de estar arriba o abajo te lo da lo que saques fuera de casa y es que no conseguimos ser regulares. Hacemos muy buenos ratos pero no rematamos. Estamos trabajando por mejorar eso. Los partidos duran sesenta minutos y nosotros siempre tenemos cincuenta muy buenos y diez horrorosos. No se ganan los partidos en cinco minutos pero sí se pierden. Nosotros, por desgracia, hemos hecho eso muchos partidos este año.

SA: ¿Y el entrenador (Álvaro Senovilla) qué os dice?

C.V: Álvaro toca todas las teclas posibles pero el problema está en nosotros los jugadores. Los que han venido de fuera tienen un gran nivel y los que están aquí nos conocemos muy bien pero no conseguimos que el bloque funcione. Nuestra seña de identidad ha sido siempre el equipo y el entrenando es parte de él. Confiamos ciegamente en el sistema. Es el que nos ha traído hasta aquí.

SA: ¿Puede achacarse la situación a situaciones externas?

C.V: No sirve de nada buscar excusas. Nos meteríamos en un pozo que nos devolvería a la primera división. En la segunda temporada en la categoría ya no eres nuevo, todos quieren jugar contra ti y ganarte. Con respecto a los árbitros sabemos que no pitan contra nosotros adrede, lo que ocurre es que el año pasado cuando estábamos tan bien clasificados, sus decisiones no nos parecían tan importantes. Ahora cada vez que toman una decisión contra nuestros intereses es una losa.

SA: El equipo ha sufrido muchas lesiones este año, incluida la tuya. ¿Cómo se lleva tener mucho peso en el equipo y no poder ayudad?

C.V: Pues mal. Porque en mi caso no son lesiones incapacitantes pero sí que te merman mucho. Al final te afecta más a la cabeza que al físico porque intentas ayudar y no puedes. Juegas con dolor y al final no acabas contento ni ayudas. Por suerte estoy mucho mejor.

Tienes lesiones que son molestas y no te dejan aportar y te afecta más a la cabeza que lo que es la lesión. Trabajo en aportar de otra manera dando un paso atrás. Ahora me encuentro bien. El descanso navideño me ha servido para descansar, hacer fisioterapia y creo que ya puedo ayudar. A ver si recuperamos a los ‘tocados’ recuperables porque Ismael (Villagrán) es más difícil que pueda ayudarnos por su lesión. Lo cierto es que no hemos estado disponibles toda la plantilla nunca.

SA: ¿Qué se le puede decir a la afición?

C.V: Estamos convencidos de que esto se saca adelante. Suena raro decirlo cuando estás en descenso pero es la realidad. No sé si bajaremos o no pero trabajamos más que nunca para sacarlo adelante. Tenemos que intentar que la ansiedad no se apodere de nosotros y gracias a la afición lo conseguiremos. Con la gente estamos encantados, como siempre, algunos nos dicen “no pasa nada si descendéis” pero no queremos perder la categoría. Somos los primeros que queremos jugar en esta división. A los aficionados no les gusta vernos así y a nosotros tampoco. La afición llena el pabellón y nos animan por la calle. Somos unos privilegiados. No necesitamos mandarles mensajes para que nos apoyen . Lo van a hacer.

SA: Siempre habéis sido una familia en ese club. ¿Como vive esta situación? ¿Puede haber refuerzos?

C.V: El club está tranquilo. La obligación de mantenerse nos la ponemos nosotros. Ahora toca vivir una fase que no es tan buena y estamos esforzándonos al máximo .

Es muy difícil reforzarse porque estamos muy avanzados en la competición. Intentando lograr que alguien nos ayude porque hemos sufrido muchas lesiones por carga de partidos y tenemos miedo a que nos pase factura al final. Es muy difícil que venga nadie porque los ‘buenos’ disponibles cuestan dinero y no lo tenemos. Y los jóvenes necesitan minutos y se los podemos dar pero muchos nos piden estudiar, trabajar o que alguien se responsabilice de ellos y en una localidad como Nava estamos limitados en ese aspecto.

SA: El club lleva demandando desde hace año una instalación deportiva digna donde jugar los partidos. ¿Alguna novedad?

C.V: El Ayuntamiento está trabajando en ello pero no sabemos nada. Estamos un poco desesperanzados con ese tema, la verdad. Es muy difícil trabajar así. No tenemos horas para los niños. Hacemos encaje de bolillos con las escuelas deportivas, el fútbol sala…

Queremos que los niños disfruten pero que también compitan. Tenemos un lujo que se llama Ricardo Margareto ( responsable de cantera) y no podemos concederle las horas que los pequeños necesitan. Los niños de Valladolid entrenan 3 ó 4 días a la semana y los nuestros dos. No es por ganar lo que buscamos como objetivo, sino competir con los demás.

Y con respecto a nosotros lo cierto es que a veces pasamos vergüenza. En un partido este año un jugador con muchos años de experiencia en ASOBAL me vino a comentar que no salía agua de las duchas al final del partido. Y ante eso qué haces. En verano te ahogas de calor y en invierno te mueres de frío. El suelo es duro y te haces daño al caer. Si no tenemos pronto un pabellón nuevo, no servirá de nada todo el trabajo que hacemos de cantera, ni el que hagamos nosotros en categoría senior.