Carlos Villagrán (Segovia, 1984) es el capitán del Viveros Herol Balonmano Nava desde hace más de una década. Único integrante del plantel navero que permanece en la entidad de los que lograron el ascenso a Primera División en mayo de 2009, tiene en su palmarés otros dos ascensos más con el equipo de su pueblo – a División de Honor Plata y a Asobal – es el jugador con más partidos en la historia del club y apura su carrera deportiva a las órdenes de Zupo Equisoain, único entrenador español que puede presumir de haber ganado todos los títulos de clubes sin haber pasado por el Fútbol Club Barcelona.
Villagrán, que ha compaginado la mayor parte de su carrera profesional trabajando como carpintero, atiende a Segoviaudaz horas antes de reanudar los entrenamientos con sus compañeros después del parón navideño.
Segoviaudaz: Tantos años jugando y trabajando ¿No está cansado?
Carlos Villagrán: Estoy muy bien físicamente. Es verdad que no estoy para jugar los sesenta minutos de cada partido, pero para dar minutos de calidad sí.
SA: Acostumbrado a jugarlo casi todo, esta temporada le toca estar menos sobre la cancha
CV: Me toca aportar desde un punto de vista diferente, pero lo aprovecho para darme cuenta de muchos detalles que captas gracias a esa ausencia de la adrenalina de la competición. El equipo está por encima del individuo y te tienes que adaptar a tu nueva situación.
SA: No debe ser fácil
CV: Siempre he estado preparado para jugar y ahora también. Respeto al trabajo de mis compañeros y veo que todos se esfuerzan al máximo para jugar. Me sentaría muy mal que me dieran una oportunidad sin merecerla. No niego que es difícil mantener la cabeza fría cuando te ves capacitado para jugar y no lo haces tanto como te gustaría, pero la veteranía me da esa paciencia.
SA: Y es que el Capitán tiene que dar ejemplo, claro
CV: Nunca he sabido muy bien cómo lo hago, pero el hecho es que siempre he conseguido el respeto de mis compañeros. Ahora me dicen que soy un ejemplo, que no me quejo, que estoy siempre contento y que entreno como el que más, pero no creo hacer nada extraordinario. Tengo que estar preparado para jugar y la mejor manera de estarlo es entrenando lo mejor posible.
SA: Hablando de la capitanía… ha pasado de jugar con sus amigos a hacerlo con representantes de más de media docena de países distintos. ¿Cómo lo hace?
CV: Con naturalidad. Con mis amigos tenía más complicidad porque nos conocíamos desde niños y había temas delicados que no hacía falta tratarlos porque con mirarnos lo solucionábamos. Ahora llegan jugadores que independientemente de dónde vengan no me conocen ni yo a ellos. Cuando surgen problemas tienes que actuar con naturalidad, pero mostrarte firme, pautar los comportamientos y dejar las cosas muy claras y demostrar un compromiso mayor que el de cualquiera de ellos. Es un método más tardío que el de antaño, pero igual de eficaz.
SA El ecosistema de Nava de la Asunción es propicio para una rápida adaptación
CV: Que vivamos todos en el pueblo es una ventaja, sin duda. Acorta los tiempos para encontrar esa complicidad. Ni la prensa ni el aficionado es negativo con el club o el equipo. Críticos sí, como debe ser, pero no te buscan las vueltas. Y eso ayuda.
SA: El equipo ha terminado la primera vuelta de la competición en una cómoda posición – séptimos de dieciséis equipos – alejado del descenso y con posibilidades de estar en la parte alta de la tabla, a cuatro puntos del segundo. ¿Contentos?
CV: Como para no estarlo. Hay muchos jugadores nuevos con respecto al año pasado y es difícil cohesionarlo todo tan rápido. Estamos mostrando una madurez en los partidos muy grande, hemos sido capaces de administrar los roles muy rápido y creo que todavía tenemos capacidad de mejora.
SA: ¿Objetivo?
CV: Sería casi un disparate hablar más allá de la permanencia – que está casi garantizada – porque somos un club muy pequeño y no debemos obsesionarnos con metas demasiado altas. Estamos muy cerca de nuestro techo como club. A partir de ahí, si conseguimos la regularidad en casa que estamos logrando fuera y mantenemos la buena dinámica fuera del Guerrer@s Naver@s…
SA: ¿Europa?
CV: Tenemos que ser conscientes de lo que somos y disfrutar lo que tenemos porque nada dura para siempre. Se han dado muchos condicionantes positivos para que estemos en Asobal, hacemos todo lo posible para seguir donde estamos y trabajamos para no depender de un solo patrocinador porque no es bueno depender de una persona como Julián – Mateo, presidente del club y dueño de Viveros Herol – que se desvive por este club en lo personal y en lo económico. El pabellón es pequeño y en estas condiciones no podemos aspirar a más de lo que tenemos, que es mucho. El club trabaja muy duro para que nuestro paso por la élite sea duradero y creo que damos un servicio muy importante al club con el primer equipo y sobre todo con la cantera. Hay que disfrutar de lo que tenemos, pero no solo en deporte, en la vida misma.
SA: ¿Hasta qué punto tiene el entrenador mérito en la buena marcha del equipo?
CV: El entrenador es el eje y el principal responsable. Hay muchos aspectos que influyen en la dinámica positiva, pero el Patrón de la nave es el entrenador. Zupo es un fenómeno y te da muchísima libertad a la hora de jugar, siempre y cuando esa libertad vaya por donde él quiere que vaya. Es pronto para asimilar todos sus conceptos, así que tenemos margen de mejora.
SA: Nada que ver esta manera de jugar con la que llevó al equipo a crecer
CV: Al final el balonmano consiste en defender, correr y marcar goles. Es cierto que este sistema poco tiene que ver con el modelo del Balonmano Valladolid que nos enseñaron allí y que exportamos a Nava con entrenadores como Álvaro Senovilla o Nacho González. Zupo da más libertad creativa al jugador y nos hemos adaptado bien. Si el equipo va bien y ganamos es que el sistema es bueno.
Texto: Javier de Andrés
Foto: Carlos Villagrán durante un partido esta temporada / Balonmano Nava