Hace ya un tiempo que la veintena de profesionales que prestan servicio en el Centro Agrupado de Acción Social de Cantalejo, dividido en los Centros de Acción Social de Cantalejo y Carbonero El Mayor, acuden a trabajar a las dependencias ubicadas en la calle briquera del Pozo de la Carrera número 1, un edificio que, después de una década en construcción, daba inicio a su actividad hace unos meses y era inaugurado esta mañana de forma oficial por el presidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente, en un acto en el que también han estado presentes los portavoces de los grupos de la institución provincial y el alcalde del municipio, Javier de Lucas.

“Creo que pocas inauguraciones me han hecho tanta ilusión como la de hoy”, reconocía De Vicente, consciente de que el edificio, cuya construcción ha sido posible gracias a una aportación de la Diputación de 204.800 euros, otra del Ayuntamiento de 157.037,30 euros y otra de la Junta de Castilla y León de 119.848,10 euros, se ha prolongado en el tiempo durante una década en la que, tal y como manifestaba el también titular del Área de Asuntos Sociales, “en ningún momento su intención inicial se ha venido abajo”. “A pesar de que ha habido épocas en las que ha sido complicado invertir en su construcción, a pesar de que ha habido momentos en los que ha resultado difícil seguir con los planes previstos, épocas en las que los pasos dados hacia adelante han quedado atrás, la idea de mejorar las prestaciones a las cerca de veinte mil personas a las que, por territorio, da cobertura este CEAAS, se ha mantenido firme en intención y, al fin, también en ejecución”, continuaba el presidente de la Diputación, para quien el proyecto, que ha pasado por hasta tres fases de construcción en 2010, 2013 y 2020, ha sido objeto de estudios económicos y reajustes de presupuestos y también de dotaciones y subvenciones, permitirá “que las personas de esta zona puedan seguir viviendo con la seguridad de que su integridad como personas va a estar garantizada por los mejores profesionales y por los mejores medios”. “Ha sido un largo camino, pero por fin este edificio ha entrado en funcionamiento hace unas semanas, albergando uno de los servicios más importantes para los vecinos de la zona, como es uno de los cuatro CEAAS que tiene la provincia”, señalaba Javier de Lucas.

Durante su intervención, Miguel Ángel de Vicente ha recordado que el CEAAS de Cantalejo, coordinado por Lorena Calvo, atiende a 73 núcleos de población y cuenta con un total de diecinueve trabajadores adscritos al mismo, entre los que figuran trabajadores sociales, técnicos de intervención comunitaria, técnicos de inclusión social, psicólogos, educadores, técnicos de dependencia y auxiliares administrativos, que trabajan de forma conjunta, no sólo para informar de las distintas prestaciones de servicios sociales de las que disponen los vecinos de los pueblos, sino también para realizar valoraciones de riesgo de diferente tipo. Para la coordinadora del CEAAS, “entrar aquí es como hacerlo en casa y eso queremos trasladar y aportar a nuestros usuarios: confortabilidad, accesibilidad, confidencialidad y que se sientan bien atendidos”; algo que corroboran los hechos y datos, que recogen que desde el 1 de enero hasta el 30 de abril del presente año, los técnicos del centro han realizado 511 valoraciones de dependencia, 98 de situaciones de riesgo y trece de mujeres víctimas de violencia de género, y, por último, han tramitado once ayudas de emergencia social y han derivado 49 casos a recursos externos relacionados con la cobertura de necesidades de subsistencia.

Además, en los últimos meses, desde este CEAAS, 439 personas se han beneficiado del Servicio de Ayuda a Domicilio y 348 del Servicio de Teleasistencia, 330 personas han participado en las Aulas de Manualidades y 346 en las Aulas Sociales, mientras que 155 niños procedentes de doce localidades han formado parte de los Talleres de Ocio Preventivo promovidos desde la Diputación.

A partir del traslado de las antiguas oficinas del CEAAS a este edificio, los trabajadores del centro podrán continuar con su labor, como apuntaba, por último, De Vicente, “en un espacio nuevo, dotado de recursos y, valga la redundancia, también de espacio; más aún ahora que el espacio es sinónimo de seguridad”.