Una veintena de bomberos de Segovia, Madrid y Asturias aprenden cómo actuar en determinados casos, en simulacros prácticos en los que se recrean situaciones totalmente reales.
Uno de estos últimos ‘flash over’ estuvo dedicado, específicamente, a una situación de fuego de interior.
Dirigidos por tres bomberos profesionales, dos de ellos instructores de Segovia, Iván Serrano Díez y Jorge Guerra Illana, así como un suboficial de Madrid, Juan José Mostajo, comprobaron en primera persona los pasos a dar desde el inicio hasta el final de la actuación.
Entre 300 y 400 grados de temperatura
Así, pasaron por todas las fases. Descubrieron cómo se inicia el fuego, cómo se propaga, las variaciones de temperaturas que se experimentan o cómo tratar la ventilación.
El objetivo de esta práctica es «que sepan en qué fase se encuentran en un incendio, detecten qué materiales utilizar en cada momento y ‘vivan’ cuál es la sensación real en el interior de un fuego de este tipo», explica el instructor segoviano Jorge Guerra Illana a Segoviaudaz.es; no se puede obviar que «nos ponemos entre 300 y 400 grados en la capa superior», recalca.
Para crear una situación auténtica 100% a lo que pueden encontrarse en un fuego de interior, se utilizaron contenedores industriales. De este modo, «se recrea la atmósfera de un incendio real», apunta Jorge Guerra Illana.
En este caso, los principales riesgos a los que se enfrentan los bomberos son quemaduras, caídas, impactos por chorros de ataque, radiación, exposición, sobresfuerzo, falta de hidratación… Sin embargo, son conscientes de que «en la maniobra práctica todo eso está controlado». Otra cosa es la realidad. Cuando se producen un fuego, además de los posibles riesgos, «el estrés y la preocupación por si hay alguna persona en el interior» son factores añadidos que hacen todo más peligroso, subraya Illana.
«Leer el incendio»
Además, del simulacro de fuego de interior realizaron una maniobra de galería en la que bajaron el plano neutro. Es decir, sin visibilidad se enfrentaron a dos fuegos.
La finalidad de esta práctica es ser capaces de descubrir de dónde viene el fuego, interpretar cómo va a desarrollarse, ver las circunstancias, rescatar a las víctimas que, aunque son maniquíes, tiene el peso real de una persona; en definitiva, lo que se conoce como leer el incendio para actuar cono conocimiento de lo que puede suceder.
Este tipo de ejercicios, que para algunos fue su primera vez, permiten ganar conocimiento a través de la práctica y la experiencia.
«Nos han llegado mensajes abrumadores», reconoce Jorge Guerra Illana. «Muchos de los bomberos participantes, incluso experimentados, agradecen la posibilidad de vivir y aprender en un simulacro 100% real«.
A.P.I.E.
La Asociación de primeros Intervinientes en Emergencias A.P.I.E. es la promotora de este tipo de simulacros. Esta asociación nace de la motivación de un grupo de bomberos de diferentes ciudades de España (Segovia, Cuenca, Alcorcón), con pensamientos distintos, pero con las mismas ganas de mejorar en su profesión.
Son una asociación sin ánimo de lucro, y cuyos monitores no cobran por impartir estas prácticas, que tiene como uno de sus principales fines organizar actividades para aumentar la capacitación profesional del personal de los Servicios de Emergencia, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
Así, organizan también hacen cursos de rescate en accidente de tráfico, rescate en altura, movimiento de cargas, achiques de agua, rescate urbano y rescate rural, entre otros.