La Comisión Territorial de Patrimonio de Segovia autorizó hoy la excavación arqueológica en área abierta del yacimiento de la Prehistoria identificado en la parcela de ampliación del centro de tratamiento de residuos de Los Huertos. En los trabajos de control arqueológico se identificaron al menos 50 estructuras de distintas dimensiones excavadas en el terreno natural, como hoyos de poste, cubetas/silos, posibles fondos de cabaña rehundidos, a las que se asocian algunos elementos cerámicos y metálicos, con cronología de inicios de la Edad del Bronce, informa Ical.

Desde la Junta explicaron que “no ha sido posible aún delimitar la zona de extensión del yacimiento, que parece de grandes dimensiones” y sólo se ha intervenido en la zona central de la parcela, donde se produce una notable concentración de hallazgos.

La Comisión de Patrimonio consideró imprescindible autorizar esta excavación, en la que se va llevar a cabo el desbroce mecánico de la cobertura vegetal desde las bandas exteriores del yacimiento hacia su zona nuclear, con el fin de conocer los límites del área de dispersión de estructuras, y la limpieza manual y excavación de las estructuras y niveles arqueológicos para documentarlos.

Por otra parte, en Nava de la Asunción, se dio luz verde a la actividad arqueológica de carácter preventivo de un proyecto de instalación solar fotovoltaica, con la prospección arqueológica intensiva y de cobertura total de los terrenos afectados por el proyecto de instalación de la planta fotovoltaica, ubicados en las inmediaciones de la villa romana de Matabuey, y la excavación mecánica de 11 bandas de comprobación estratigráfica y arqueológica de 10 metros cuadrados cada una, sobre las líneas de cimentación proyectadas para la sujeción de las placas solares.

En Torre Val de San Pedro, también se autorizó la actividad arqueológica vinculada a la segunda fase del proyecto de obras de infraestructura de la zona de concentración parcelaria de este municipio. Se va a realizar una actuación arqueológica de tipo preventivo, consistente en la prospección sistemática y de cobertura total de las áreas afectadas por las obras de infraestructura más una banda de protección de 50-100 metros, con el fin de determinar las incidencias de tipo arqueológico que pudieran producirse y definir las medidas correctoras precisas.