Dentro del festival ‘Noches mágicas de la Granja’, el violinista Ara Malikian actuará el próximo 1 de julio, en el Patio Central de la Real Fábrica de Cristales de la Granja, a partir de las 22:30 horas. Malikian presentará ofrecerá un gran espectáculo en el que presentará su nuevo disco ‘Con los ojos cerrados’, con Fernando Egozcue. Las entradas pueden conseguirse en la Oficina de Turismo del Real Sitio de San Ildefonso y su precio variará desde los 10 a los 20 euros.
Ara Malikian es sin lugar a dudas uno de los más brillantes y expresivos violinistas de su generación. Poseedor de un estilo propio, forjado a partir de sus orígenes y ricas vivencias musicales, su violín se alza como una de las voces más originales e innovadoras del panorama musical
Su calidad y nivel como violinista ha sido reconocido en numerosos concursos de prestigio internacional, entre los que cabe destacar los premios obtenidos en los concursos ‘Felix Mendelssohn‘ (1987 Berlín, Alemania) y ‘Pablo Sarasate’ (1995 Pamplona, España) ‘Niccolo Paganini’ (Génova, Italia), ‘Zino Francescatti’ (Marsella, Francia), ‘Rodolfo Lipizer’ (Gorizia Italia), ‘Juventudes Musicales’ (Belgrado, Yugoslavia), ‘Rameau’ (Le Mans, Francia), ‘International Artist Guild’ (Nueva York, USA), y en la ‘International Music Competition of Japan’. En 1993, recibió el ‘Premio a la Dedicación y el Cumplimiento Artístico’ del Ministerio de Cultura de Alemania.
Un espectáculo con raíces argentinas
Ara Malikian y Fernando Egozcue Quinteto presentan la música de Fernando Egozcue, de raíz argentina e intensamente emotiva, concebida como una música de cámara, con un fuerte y fluído desarrollo rítmico. Tanto su formación clásica como la influencia del jazz y las músicas contemporáneas se combinan para dejar paso a la pasión y a la fuerza expresiva de una música auténtica, verdadera, arrebatadora…
Se une la calidad, presencia y personalidad de Ara Malikian, que lo convierten en un artista único, capaz de comprender la música en un solo gesto, y que aporta a la música de Fernando Egozcue la profundidad y el sentido que merece; las melodías en su violín van transformándose en palabras, en un discurso personal y apasionante.
Por último, la instrumentación (violín, guitarra, piano, contrabajo y percusión) y la contrastada calidad de los músicos que lo componen, aportan la consistencia rítmica y solidez armónica necesaria para hacernos disfrutar de una música con un estilo personal muy definido, fuerte y sin concesiones.