Por segundo año consecutivo el público ha llenado Circo Peñascal, la actividad de circo de calle puesta en marcha por el Ayuntamiento de Segovia con el objetivo de cubrir un área de la cultura que no estaba presente en la ciudad, y hacerlo fuera del centro histórico, descentralizando así la oferta. El público ocupó tanto las 500 sillas que se colocaron en la Plaza de los Deportes, antiguo Parque El Peñascal del Barrio de La Albuera, como las gradas y los laterales.
Ya el taller Desastrosus Cirkus dinamizaba el espacio en dos sesiones de 12:00 a 14:00 y de 17:30 a 19:30 h. Los profesionales de la Escuela de Circo del Ateneu Popular 9barris enseñaron a los participantes a mantenerse sobre una pelota, una cuerda de funambulista o un monociclo, a bailar aros o mazas o hacer figuras en un trapecio.
A las 20:00 h comenzaban las actuaciones circenses. Abrió el programa la Compañía UpArte, seis atletas que ofrecieron un espectáculo de saltos y castillos humanos que unía el teatro y diversas técnicas circenses.
Les siguió el humor de Okidok, con su espectáculo Slips experience. La calidad gestual y corporal de estos dos clowns belgas les sirvió para hacer reír al público, en un espectáculo en el que se ayudan tan solo de un albornoz, unos slips y un flautín.
Y por último, el chileno Totó volvió a sorprender al público con su maestría y habilidad haciendo bailar los malabares.
La brass band El Puntillo Canalla se encargó de animar el ambiente con su música. Y los cochinillos de La Piara Fantasma, cada uno decorado por un artista segoviano, también estuvieron presentes. En este capítulo hay que hacer mención especial a los dos nuevos cochinillos de cerámica que se exponían, decorados con motivos circenses por Pablo Caballero y María Vara.
Circo Peñascal cuenta con la colaboración de la Asociación de Vecinos de La Albuera. La imagen de la actividad es obra de la ilustradora Mónica Carretero.