La Policía Nacional, en el marco de la operación ‘Fuel’, ha desarticulado una organización criminal dedicada a estafas a través de medios telemáticos.
La investigación se inició a finales del mes de septiembre, cuando una persona, directivo de una empresa segoviana dedicada al almacenamiento y transporte, se personó en la Comisaría de Policía de Segovia, denunciando que su empresa había sido objeto de una estafa, por importe de 61.140 euros.
Al parecer, los presuntos autores se habían hecho pasar por uno de los proveedores de combustible de la empresa, y mediante un mensaje de correo electrónico, requerían el pago de unas facturas de combustible pendientes, y alegando una excusa, le indicaban un nuevo número de cuenta bancaria para que efectuase el ingreso, ascendiendo éste a la cantidad de 61.140 euros. Días después, el denunciante recibió una llamada de un comercial del proveedor de combustible, en la que le recordaba que hiciese efectivo el pago pendiente.
El afectado contestó que ese pago ya se había realizado. Realizadas las oportunas comprobaciones se percató que había sido objeto de engaño.
En fechas posteriores, nuevamente recibió un correo de otro supuesto proveedor, reclamando el pago de 30.000 euros, pero en esta ocasión no se realizó pago alguno.
Iniciada la investigación, ésta llevó hasta la ciudad de Valencia, en la que, con la colaboración de agentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia, expertos en delitos tecnológicos, finalmente se logró desarticular este grupo, compuesto por 13 personas, españolas y extranjeras, de las cuales 7 fueron detenidas y puestas a disposición judicial y otras seis están plenamente identificadas, pendientes de detención, todas ellas por la presunta comisión de un delito de estafa y de integrar un grupo criminal.
La investigación desarrollada ha puesto al descubierto el funcionamiento de la organización criminal: itinerante, con la existencia de distintos grados jerárquicos y reparto de tareas. Quienes ocupan los grados inferiores en la organización ceden sus cuentas bancarias para que en ellas se reciban las cantidades estafadas, y, tras proceder a su extracción del banco, las hacen llegar a otras personas que ocupan escalones superiores en la organización, a cambio de quedarse con un porcentaje del dinero.
Este modus operandi favorece el anonimato de las personas que se encuentran en el vértice superior de la organización, y que quienes forman parte de los escalones inferiores, en el caso de encontrarse «quemados» al ser identificados por la policía, puedan ser sustituidos sin que la organización se resienta.