La Feria de San Andrés tuvo lugar este fin de semana, tras ser inaugurada por el vicepresidente de la Diputación, Miguel Ángel de Vicente y el alcalde de Turégano, Juan Montes. A la par, se desarrolló una muestra de coches de ocasión y mercado de artesanía y alimentación que reunió unos setenta puestos. La Diputación colabora con la organización de este histórico certamen, del que se tienen las primeras noticias de su celebración desde el siglo XVI.
Aunque durante décadas la Feria de San Andrés de Turégano era conocida como referencia en materia ganadera y de aperos de labranza, el devenir de los tiempos la han hecho evolucionar hacia la exposición y venta de las últimas novedades de maquinaria agrícola. Los expositores de las principales firmas del sector mostraron sus productos como cada año en la Plaza de España. El encuentro le complementan los puestos de productos artesanales que se distribuyen en la carpa instalada al efecto y en las calles aledañas Real y Carretera de Segovia.
Para el alcalde de Turégano, Juan Montes, la feria constituye «un potente elemento dinamizador de la economía y el comercio del municipio de toda la comarca«.
Durante la Feria se llevaron además una serie de actos paralelos. El sábado, en el Centro Cultural de la localidad tuvo lugar la actuación del grupo «Amigos del Sursuncorda« que ofreció un concierto de música tradicional ideada para los más pequeños con el título «Si queréis que os cuente«, que pertenece al programa «Sobre la tela de una Araña«, de la Diputación.
El domingo, también en el Centro Cultural se desarrolló una cata y maridaje de jamón, vino y queso con la colaboración de Alimentos de Segovia. Los quesos fueron aportados por la quesería «El Molinero« de Espirdo y la degustación de vino fué dirigida por el presidente de los sumilleres segovianos José Luis Aragüe «Mazaca». Además, se llevó a cabo una demostración de corte de jamón.
La Feria de San Andrés de Turégano es una de más antiguas de las que se tienen referencia en toda España. Ya se tenía conocimiento de ésta en una Provisión del rey Felipe II, fechada en 1577 aunque el comienzo y su duración eran distintos de los actuales. Por aquellas fechas, se trataba esencialmente de una feria de ganado que se extendía por el recinto de la Calle Real. Actualmente la feria basa su oferta en maquinaria agrícola, automóviles y productos regionales y se celebra en los días cercanos al 30 de noviembre, festividad del apóstol.