Ya en septiembre, vuelve el programa Domingos de Patrimonio con dos nuevas propuestas que profundizan nuestro conocimiento en la Real Casa de Moneda de Segovia y en uno de los oficios que en ella se desempeñaba cuando funcionaba como Ceca, el de herrero.
El domingo 16, Eduardo de la Torre Alejano, nos guiará por la Real Casa de Moneda. Y es que tenemos la fortuna de disfrutar de excelentes catedrales, iglesias y castillos por toda España, pero una Casa de Moneda funcionando como la diseñó Juan de Herrera (arquitecto de El Escorial) para el Rey Felipe II y que posteriormente reformó Sabatini para Carlos III, no existe más que en Segovia.
En la puerta neoclásica edificada por Alzaga iniciaremos un completo recorrido que incluye los patios, los canales y sus ruedas, el Ingenio Chico, la Fundición y el resto del edificio. Analizaremos las diferentes formas de fabricar la moneda desde el siglo XVI.
Durante todo el recorrido se podrá ir viendo cómo el proyecto se adaptaba durante la rehabilitación a los descubrimientos arqueológicos, en el afán de mantener vivo todo aquello que formó parte de la historia de la Casa de Moneda de Segovia.
Eduardo de la Torre Alejano es arquitecto formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y Máster en Project Management, con vínculos desde su infancia con Segovia. Entre sus proyectos, además de la Casa de Moneda, destacan su intervención en el Oceanográfico de Valencia, la Biblioteca y Archivo del Estado en Cantabria, el Hospital de la Beata en Madrid, el Archivo del Estado de Alcalá de Henares, el Teatro Victoria en Talavera de la Reina, así como la rehabilitación de varios edificios en el casco histórico de San Ildefonso o La Granja, y numerosos colegios públicos en Toledo y Madrid. Es el directos de Gerencia y Proyectos.
El domingo 23, Fuego y Pasión en la Casa de la Moneda nos mostrará el oficio de herrero, que ya se conocía desde la antigüedad, y fue el punto inicial de la especialización de los gremios metalúrgicos, que se iban separando al mismo tiempo que el gremio se dividía en diferentes variedades técnicas.
La instalación básica consistía en un hogar construido con piedra arenisca en el que se encendía un fuego alimentado con carbón vegetal. La combustión se activaba con aire inyectado por un fuelle de entre uno y dos metros de largo, construido con tablas y cuero, que se accionaba normalmente desde la proximidad de la fragua con una larga pértiga colgada del techo que hacía de palanca. Un yunque o bigornia situado en el centro de la habitación, sobre un grueso tronco de árbol y un recipiente de piedra conteniendo agua para enfriar las herramientas completaba la instalación. A todo ello había que añadir un banco de trabajo y una gran cantidad de tenazas, mazos y martillos necesarios para la manipulación de los productos fabricados.
Elías de Andrés, nacido en Espirdo en 1934, es uno de los últimos grandes herreros. Cuatro generaciones han mantenido vivo este oficio: su padre y abuelos ya fueron herreros, y actualmente su hijo y su sobrino siguen la tradición familiar. Con nueve años Elías ayudaba a su padre tirando del fuelle de la herrería en la que elaboraban y arreglaban aperos para el arado, hachas para los leñadores de la sierra, cuchillos, verjas y otros utensilios. Con 14 años abrió su propia herrería junto a sus hermanos y más tarde el trabajo fue evolucionando hasta que ampliaron mercado, realizando obras de envergadura como la puerta principal del Palacio de Comunicaciones, hoy Ayuntamiento de Madrid, o una escultura para el aeropuerto de Son Sant Joan, de Palma de Mallorca. Ha expuesto en Francia, Alemania, México, Italia, y en varias ciudades españolas. Su obra se puede ver en Segovia en iglesias, mesones, puentes, casa, calles y plazas. Suyo es el trabajo en hierro del quiosco de la Plaza Mayor.
Las dos visitas comenzarán a las 10:30 h y el punto de encuentro se comunicará en el momento de la inscripción.
Las entradas para participar, con un precio de 5 euros, ya se pueden adquirir en el Centro de Recepción de Visitantes y en www.turismodesegovia.com. El aforo es limitado.