El ciclista Pedro Delgado ha reflexionado sobre su relación con Segovia a raíz del nombramiento por parte de la Diputación Provincial de Hijo Predilecto de la Provincia de Segovia, junto con el periodista Alfredo Matesanz y el alcalde de Castillejo de Mesleón Ricardo Díez Pascual. Precisamente Alfredo Matesanz destaca de Pedro Delgado que una de las señas que más le caracteriza y mejor le define es su sentido del humor. Ciclista y comentarista deportivo de TVE, donde aporta su experiencia como profesional al más alto nivel, es otro de los distinguidos con el título de Hijo Predilecto, que Pedro Delgado confiesa recibir con mucha ilusión «porque todo lo que sean piropos y reconocimiento sube la autoestima».
Para Pedro Delgado ser segoviano es sentir un agradecimiento por el lugar donde has nacido, has vivido y te has criado, pero cuando se le pregunta por los recuerdos que le acompañan de Segovia, la primera palabra que, inopinadamente se le escucha es «frío». Infancia con frío y sin agua caliente. Mucho calor en verano. Situaciones que curten, y que al superarlas forjan un carácter que reconoce que después salía en la carrera. «¿Carácter segoviano? Cada uno tenemos el nuestro, pero es cierto que las dificultades te educan en una capacidad de superación que luego sale en las carreras y te ayuda. Cuando se dice es que lo segovianos son… digo: segovianos hay muchos…pero yo voy al carácter de la tierra, a la dureza que te podías encontrar y superarla ayuda después».
Quizá estos rasgos tuvieron algo que ver en su trayectoria como profesional en la que logró 49 victorias, entre las que destaca el Tour de Francia en 1988 y las Vueltas a España en 1985 y 1989. En todas ellas siempre encandilando a los aficionados con su particular estilo competitivo que levantaba pasiones, pero reconociendo con sencillez que había que aprender a convivir con un apoyo que a veces se tornaba presión: «Siento que la gente me apoyaba, es muy bonito… pero cuando venía a correr a Segovia los rivales me marcaban más, porque como estaba en mi tierra, pensaban: este lo va dar todo hoy… y no me dejaban. Recuerdo que en la etapa de los puertos en Segovia de la Vuelta 83 todo el mundo confiaba en que, como corría en casa, haría un gran papel…mi director que era Echávarri me reservó para ese día… y llegó el día y subiendo Navafría de los 10 primeros corredores que se quedaron ¡Uno de ellos fui yo! (ríe). Pero por otra parte cuando, por ejemplo, gané la Vuelta del 85 y vinimos a Segovia, la gente decía: ¡Hemos ganado la vuelta!… lo hacían como un triunfo suyo. Y eso es bonito. Afortunadamente, han sido más estos momentos que los otros».
Ahora Pedro, por razones profesionales no vive en Segovia. Reconoce que con el tiempo uno se habitúa al lugar donde vive y la rutina o costumbre no le deja dar importancia a lo que ves todos los días y pone el ejemplo del Acueducto, la Catedral, el Alcázar o los paisajes de la provincia. «Pero cuando tienes que salir de Segovia, ya la miras con ojos de forastero y te acuerdas más de ella. Yo cuando salí de Segovia fue cuando empecé a quererla más…ves a tu tierra como un lugar privilegiado y Segovia se convirtió para mí en un bálsamo que me liberaba del estrés competitivo y mediático».
Ciclismo segoviano
Pero a pesar de estar fuera de Segovia, Perico sigue muy de cerca el ciclismo de nuestra tierra. Y reflexiona sobre el cambio que ha experimentado la práctica de este deporte y las exigencias a las que tiene que hacer frente, que le condicionan. «Ahora la tendencia mayoritaria del ciclismo es la práctica deportiva y amateur, cuando antes era más competitiva. Las carreras de competición sufrieron con la crisis, su número disminuyó notablemente, y los equipos también. También ha cambiado que ahora la seguridad vial para hacer una prueba es mucho más restrictiva. Ahora que hay un repunte de la crisis y se podían hacer más pruebas, hay más dificultades. Antes era raro que las fiestas de los pueblos no tuvieran en sus programas una carrera ciclista… ahora nadie se atreve a organizarlas porque es más complicado y todo influye».
En Segovia, Perico tiene puesta la mirada en Iván Gómez Llorente, corredor del equipo cadete Segovia Ford, flamante campeón de Castilla y León de su categoría. «Se que va muy bien; ahora hay que dejarle que evolucione. Me haría mucha ilusión que continuara mi estela, que surgiera otro campeón en Segovia y que incluso me superase».
En su nueva vida, Perico siguen viajando mucho por el mundo. En tanto viaje internacional, el ciclista admite que se siente como un embajador de Segovia por partida doble: «Para los segovianos por el mundo que me encuentro represento para ellos su Segovia, me ven a mí y ven Segovia; ves que Segovia está en el mapa del mundo gracias a ti; y para los que no son de Segovia, pues representas la imagen y las señas de identidad de tu tierra, lo que es una doble alegría».
Sobre el resto de los distinguidos, le agrada saber que hay otros segovianos de pro que se lo merecen, como Nuevo Mester y el Alfredo Matesanz. Pero se detiene en comentar el nombramiento de Ricardo Díez, alcalde de Castillejo. «No le conozco, pero ser alcalde de un pueblo 55 años seguidos…eso sí que asombra de forma positiva y es todo un ejemplo que ayuda».