Probablemente seas una de aquellas personas que odia la primavera, que pienses que donde este el otoño o el invierno que se quite todo lo demas, pues si, llevas razon, para muchas cosas, esta estacion es muy positiva; sin embargo, aquellos que sufren o padecen alergias, la primavera puede convertirse en un autentico trastorno.
De todos los cambios estacionales, la primavera es la época del año que más afecta a nuestro organismo. Efectivamente, la primavera la sangre altera. Sobre todo la que corre por las venas de quienes padecen alergia al polen, o como dicen los expertos, polinosis. Para estos alérgicos, el inicio de la estación más floreada del año supone volver a lidiar, pañuelo en mano, con los síntomas característicos de la alergia primaveral por antonomasia. La enfermedad polínica más frecuente es la rinoconjuntivitis, que se manifiesta por el picor e irritación de ojos, nariz, paladar y faringe. En segundo lugar se sitúa el asma bronquial, que afecta a un 35% de la población alérgica al polen en España. No hay que olvidar que el 80% de todos los asmáticos lo son por causa alérgica, segun la Red Española de Aerobiologia.
Picaduras de insectos, polenes de plantas y otras sustancias pueden hacer que muchos de nosotros pasemos largos ratos en las consultas medicas o con recetas tras receta en la farmacia.
Esto es asi porque nada menos que la cuarta parte de la población sufre alergia en sus ojos y aunque hay gente que padece estos síntomas todo el año, es ahora, en primavera, cuando hay más personas afectadas.
La alergia más común en los ojos es la conjuntivitis alérgica y el desencadenante más común es el polen, aunque hay otros como los ácaros del polvo, el moho, la caspa de perros y gatos, algunos medicamentos y maquillajes.
Irritantes como el humo, el cloro y el polvo pueden empeorar la alergia o producir síntomas parecidos a la propia alergia. Es que los ojos son un blanco fácil porque están muy expuestos y son muy sensibles.
Ante las sustancias que provocan la alergia, los alergenos, el cuerpo responde liberando una sustancia llamada histamina, que a su vez provoca inflamación.
Una vacuna para tres años
No es un producto milagroso pero seguro que un gran número de personas dieron a finales del pasado 2009 la bienvenida a la comercialización en nuestro país de Grazax, la primera vacuna oral para tratar la alergia al polen de las gramíneas. Entre sus ventajas destaca la mejoría de los síntomas alérgicos y la reducción de la medicación habitual y, dentro de sus inconvenientes, el precio, 106 euros por caja y la duración del tratamiento, tres años.