Bussola es una consultora legal y tecnológica con una filosofía diferente y con una esencia única. Sus clientes se convierten en un miembro más de su negocio aportando un valor añadido en todos los servicios que ofrecen. Ruth y Luis, han recorrido un largo camino para llegar hasta hacerse hueco en el mercado, convirtiéndose en una empresa de referencia en el sector de la consultoría estratégica con base Tecnológica.
BUSSOLA es una consultora legal y tecnológica, especializada en Derecho de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). ¿Como surgió la necesidad de crear una empresa de este tipo?
Muy resumidamente, nace de la conjunción de dos grandes pasiones, la pasión por el derecho y la pasión por Internet así como de la necesidad, cada vez mayor, de que, tanto empresas como particulares, cuenten con un asesoramiento especializado en derecho tecnológico.
Lo digital ha ido entrando con gran fuerza en nuestras vidas, en nuestro día a día. No es de extrañar, por lo tanto, que en las relaciones entre las personas (que es lo que regula el Derecho) surjan conflictos en los que intervenga, bien como motivo o como instrumento, algún elemento digital. Hablamos, por poner algunos ejemplos, de suplantaciones de identidad en Internet, reclamaciones de usuarios por compras realizadas en tiendas online, ciberacoso, contratos tecnológicos (software, hosting, licencias, cloud computing, Saas…), problemas con marcas y, entre otros muchos, el que actualmente son los “reyes”: el derecho a la protección de datos de carácter personal y la seguridad de la información.
¿Cuál es la esencia de Bussola?
Precisamente la esencia de Bussola es esa unión entre tecnología y derecho. La dedicación a estas materias tan transversales exige una gran especialización y conocer el funcionamiento de la tecnología de modo que se sea capaz de entender las implicaciones y consecuencias jurídicas de la misma y de sus usos.
Nos caracteriza nuestra capacidad de alinear el negocio y/o intereses de nuestros clientes con el denso marco regulatorio que deben cumplir. Con ello, conseguimos ayudarles a ser más competitivos, gracias a un uso de la tecnología mucho más seguro y ajustado a la normativa aplicable.
Habladnos un poco del equipo que compone Bussola: trayectoria, experiencia profesional…
Nuestro equipo está compuesto principalmente por la socia Titular de la firma, Ruth Benito Martín, abogada en ejercicio y Luis Salvador Montero, consultor especialista en Protección de Datos y Sistemas de Gestión de Seguridad de la Información.
Ruth es abogada especializada en Derecho TIC, licenciada en 1999 por la Universidad Complutense de Madrid. Si bien en los últimos 8 años se ha dedicado en exclusiva al Derecho TIC y Derecho Civil, con anterioridad su pertenencia a otros despachos le permitió acumular conocimiento y trabajo sobre otras varias ramas del Derecho (penal, administrativo…), lo que resulta de gran ventaja ante el componente TIC, ya que éste incide en todos los campos de nuestro ordenamiento jurídico. Cuenta, asimismo, con una amplia formación y una vasta experiencia en litigio, compaginando su actividad profesional con la docencia en diversos centros educativos y de formación.
Luis, Diplomado en CC. Empresariales (especialidad en Contabilidad y Sistemas de Información) por la Universidad de Salamanca, ha trabajado durante más de quince años en departamentos de administración de empresas en diversos sectores y en muchas de ellas colaborando en la adopción de sistemas de gestión (calidad y seguridad de la información), y durante los últimos siete ha ejercido su profesión como consultor independiente en materia de protección de datos, privacidad y seguridad de la información colaborando en diversos proyectos privados.
Ambos son autores de diversas publicaciones en materia de propiedad intelectual, comercio electrónico, sociedad de la información, robótica y protección de datos y han sido reconocidos con diversos premios otorgados por autoridades de protección de datos y asociaciones profesionales.
Asimismo, Bussola cuenta con otros perfiles: por supuesto, abogados, pero también otros profesionales jurídicos, auditores y peritos informáticos, cada uno de los cuales cuentan con muchos años de experiencia en su respectivo campo o sector.
¿Qué servicios se ofrecen?
Fundamentalmente cuatro son los bloques principales de los servicios que ofrece Bussola:
▪ Compliance TIC, que es el asesoramiento, consultoría y formación en cumplimiento normativo aplicable a las TIC, en donde destacan las adecuaciones a la normativa aplicable en Internet (muy variada) y a la normativa sobre protección de datos, sobre todo en este último año debido a la entrada en vigor del reciente Reglamento Europeo de Protección de Datos que modifica sustancialmente el modelo que teníamos establecido hasta ahora.
▪ Contratación, con el asesoramiento, negociación y redacción de contratos tecnológicos (software, Distribución digital de contenidos, Hosting, Escrow, Cloud Computing…).
▪ Protección de la identidad digital, consistente en el asesoramiento y consultoría legal para elegir identidad corporativa minorando riesgos legales e intervención para protegerla adecuada y eficazmente (Nombre comercial, Ciberocupación, Derecho al honor de la empresa, Suplantación de identidad…).
▪ Protección de la propiedad digital: Asesoramiento sobre el modo de proteger obras intelectuales, documentos, información, y productos de su compañía en el entorno tecnológico y digital. Intervención, extrajudicial y judicial, frente a comportamientos ilícitos que pongan en peligro tal propiedad o los derechos sobre la misma.
Por último, en este año, hemos puesto en marcha el servicio de Compliance Penal, aprovechando la experiencia que tenemos en metodologías de gestión de cumplimiento normativo y ante la gran demanda que se está produciendo por parte de las organizaciones, como consecuencia de la reforma de la responsabilidad penal de las empresas y otras personas jurídicas.
¿Cuál es la filosofía de trabajo de Bussola? Rasgos de identidad propios.
Aunque percibimos que, cada vez con mayor frecuencia, se ofrecen servicios de baja calidad, pero bien empaquetados (algo así como vender humo con un lazo muy bonito), creemos que la calidad se presupone en el sector servicios. Por ello, Bussola busca siempre alcanzar la excelencia y prestar servicios de alta calidad. Para la firma es fácil cuando los miembros que la componen se lo exigen a sí mismos con convencimiento de forma natural. Por ello, el capital humano es nuestro principal valor.
En el campo de los servicios jurídicos es difícil incorporar la innovación de forma que obedezca a una estrategia bien reflexionada y se traduzca en un beneficio para el cliente, en lugar de innovar por innovar. Pero creemos que estamos dando pasos en este sentido, que nos permiten mantener esa excelencia que nos exigimos al tiempo que aumentamos la efectividad y eficiencia en nuestros procesos y ahorramos tiempo en ellos.
Otro rasgo que, por lo que nos transmiten los clientes, nos caracteriza es la confianza que generamos en ellos y es que, en este trabajo, es imprescindible situarse codo con codo con tu cliente de modo que Bussola pasa a ser, en la práctica, un miembro más de la entidad a la que prestamos nuestros servicios.
Tipo de público al que os dirigís.
Fundamentalmente organizaciones, dentro de las cuales nuestra mayor clientela lo son las empresas privadas, si bien también damos mucha formación que nos es requerida por administraciones públicas y, en menor medida, aunque no nos dirigimos a ellos de forma activa, también prestamos servicios a particulares que así nos lo requieren.
¿Qué es lo más demandado en este ámbito de las TIC?
Hay necesidades de muy diverso tipo, fundamentalmente debido a la falta de especialización en la abogacía y a la gran carencia de conocimiento en estas materias. Pero, actualmente, los servicios más demandados son los relacionados con la protección de datos de carácter personal y ello debido a dos grandes motivos: En primer lugar, que nos encontramos en la era digital, donde el motor de la economía lo es la información y, por lo tanto, los datos, lo que conlleva un aumento de conflictos al respecto y, en segundo lugar, como consecuencia de un cambio en la regulación actual al entrar en vigor en nuevo Reglamento Europeo de Protección de Datos, que exige a todas las entidades adaptarse a este nuevo marco normativo o, en caso contrario, se exponen a sanciones de hasta 20 millones de euros o del 4% de su facturación total anual.
Por otra parte, desde hace aproximadamente un año, ha aumentado la petición de servicios de Compliance Penal: la elaboración de sistemas de gestión de prevención de delitos y de implantación de una verdadera cultura ética en las organizaciones, impulsado por la actual regulación sobre la responsabilidad penal de las empresas.
¿Contáis con algún servicio que marque la diferencia con respecto a otras empresas del sector?
Básicamente podríamos decir que cualquiera de nuestros servicios marca diferencia con la inmensa mayoría de despachos de abogados. Tradicionalmente la abogacía cubre necesidades desde el punto de vista de las ramas en que se divide nuestro ordenamiento jurídico, es decir, tendrán un área penal, otra de civil, otra de laboral… E incluso, teniendo en cuenta que la mayoría de despachos de abogados en España son unipersonales o están compuestos por un máximo de tres abogados, podemos decir que un mismo despacho, incluso un solo abogado, trabaja todas las áreas del Derecho.
Sin embargo, nosotros estamos convencidos de que, sin dejar de tener una base general, es preciso especializarse. Lo contrario, por regla general, se traduce en la prestación de un servicio que o no será rentable o no será de alta calidad. Partiendo de este punto, nuestra especialización no se basa en un área del Derecho, sino en la materia con la que trabajamos, que son las tecnologías de la información y la comunicación y que, cada vez, están más presentes en todos los ámbitos de nuestra vida.
¿Cómo han influido Internet y las Nuevas Tecnologías en la prestación de servicios jurídicos?
Sin duda, Internet ha influido en gran modo en la forma de establecer y de mantener la relación con los clientes. Por una parte, posibilita la prestación de servicios a distancia y la utilización de aplicaciones que facilitan el trabajo haciéndolo al mismo tiempo más eficiente. Tenemos también nuevas tecnologías, como blockchain y los smartcontract o contratos inteligentes (aunque luego la mayoría de estos smartcontract no son ni tales contratos ni inteligentes). Es cierto que son herramientas que aún no están suficientemente testeadas y desconocemos qué pueden desencadenar en un momento dado, pero se prevé que faciliten los procesos contractuales, desde su celebración hasta la ejecución final de los mismos.
Pero fundamentalmente creo que la mejora que más rápidamente se empezó a advertir en la última década, se produce a favor del cliente. Éste sigue contando con las referencias que le puedan dar personas de su confianza a la hora de recomendar a uno u otro abogado o despacho, pero, gracias a Internet, ahora puede comprobar por sí mismo el grado de formación y experiencia del abogado, así como su reputación, y por tanto su idoneidad.
¿Cuáles podrían ser los retos jurídicos más inminentes que nos planteará Internet?
Internet hace que la vulneración de ciertos derechos, tales como el derecho a la intimidad, el derecho a la propia imagen, la privacidad, y derechos de propiedad intelectual, se pueda producir con una mayor exposición y por tanto con más perjuicio para quien lo sufre. El principal reto jurídico, en nuestra opinión, lo está en lograr el adecuado equilibrio entre todos los derechos que pueden entrar en confrontación en el entorno digital (por ejemplo, seguridad contra privacidad, libertad de expresión contra derecho al honor, derecho a la información contra derecho a la imagen y derecho a la intimidad, y varias combinaciones más).
Puede que no sea la única solución, pero no dudamos de que, al menos una de ellas, pasa por la educación, por enseñar a nuestros niños y jóvenes, en un lenguaje claro y que ellos entiendan, la relación entre estos derechos y el respeto a cada uno de ellos. Sobre todo, teniendo en cuenta el, al menos aparente, aumento de casos de acoso y sextorsión en menores de edad.
¿Cómo describiríais vuestra experiencia en el universo del emprendimiento?
Dura, muy dura. Pero inmensamente gratificante y satisfactoria. Nos sentimos afortunados de poder decir que nos hemos mantenido durante unos años que han sido muy difíciles debido a una crisis que, además, en el campo en el que nos movemos, se ve acompañada, en gran medida, de la necesidad de una previa evangelización para que el cliente entienda los peligros que corre si no cumple con la normativa y los enormes beneficios de lo contrario (que no se limitan simplemente a mitigar un riesgo de sanción).
Hemos disfrutado tanto de los logros, grandes y pequeños, que hemos ido consiguiendo, como del camino hasta cada uno de ellos. Y actualmente estamos muy motivados, al echar la vista atrás y comprobar todo lo andado y lo aprendido en el trayecto, a lo que hay que añadir que estamos viendo, particularmente desde enero de este año, un mayor movimiento y más oportunidades que en períodos inmediatamente anteriores. Además somos muy conscientes y valoramos mucho el privilegio que supone poder dedicarte a aquello que te apasiona.
En resumen, la experiencia la encontramos sumamente dura, pero, afortunadamente en nuestro caso, muy positiva y enriquecedora.
¿Creéis que ahora es un buen momento para emprender? ¿Qué creéis que se podría cambiar o mejorar para que los jóvenes adquieran ese espíritu emprendedor?
Más que sea un buen momento para emprender, probablemente lo que haya sucedido es que muchas personas que se han quedado en paro en estos últimos años, no han tenido más salida que la de probar suerte emprendiendo por su cuenta algún tipo de negocio. Pero no es fácil y requiere, como mínimo, una formación mínima básica sobre diversas cuestiones que toda empresa debe abordar.
En nuestro caso, lo mucho o poco que hayamos podido aprender y desarrollar como empresarios o emprendedores, ha sido posible, en gran parte, gracias a ciertos foros, como la Asociación de Jóvenes Empresarios.
Quizá, más que fomentar el espíritu emprendedor sí o sí, deberíamos empezar por no cohibirlo. Entre otras cosas, dejar de considerar que aquellos emprendedores que no logran tener éxito y/o mantenerse, son unos fracasados o unos perdedores. De una experiencia así, como mínimo, uno sale con un gran aprendizaje que puede serle muy valioso en situaciones futuras. Desde luego, en la preparación de cara a abordar cualquier tipo de emprendimiento, influye mucho nuestro sistema educativo, así como disfrutar de un entorno o estado de oportunidades que favorezca que aquel que quiera emprender, con todo lo difícil que pueda seguir siendo, disponga de condiciones verdaderamente propicias para ello.