El Centro de Referencia Estatal (CRE) de atención a personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias ubicado en Salamanca trabaja desde hace varios días en una experiencia piloto en la que los pacientes interactúan con varios perros que los ayudan a trabajar en aspectos sensoriales, motricidad, marcha o memoria a corto y medio plazo.
Según precisó el presidente de la Fundación Bocalán, Teo Mariscal, “no se trata de una terapia alternativa, sino complementaria, ya que supone integrar un animal dentro de un proceso terapéutico para poder lograr los mismos objetivos de una manera más motivacional, que suele ser lo principal en la mayoría de las terapias”.
En la mayoría de procesos terapéuticos con enfermos de Alzheimer es necesaria la participación del paciente para que la terapia surta efecto y, en ese aspecto, “los animales dan un soporte fantástico y ayudan a conseguir mejor los objetivos”, reveló Mariscal, quien también apunto que el trabajo con los perros logra que el enfermo supere la frustración que, sobre todo en las primeras fases de la enfermedad, supone no poder hacer algo para lo que antes sí estaba facultado. “Con los perros nos damos cuenta de que los enfermos, en vez de frustrase, se ríen y lo vuelven a intentar”, explicó. Además, añadió que hay personas que se resisten a sus tratamiento, pero con los perros lo pasan bien y lo siguen intentando, “lo que ayuda a mantener sus funciones durante el mayor tiempo posible”.
También apuntó que si los perros logran cubrir las carencias afectivas de la gente sana, “¿cómo no las van a cubrir en una persona con Alzheimer o con algún tipo de discapacidad?”. En esa línea, relató que pacientes y perros “se comunican muy bien” dado que la mayoría de enfermos han tenido perro alguna vez en su vida “y enseguida lo recuerdan, lo que viene muy bien para hacer un retorno al pasado y comentar sus experiencias”. Además, “los canes están muy entrenados y tienen mucha capacidad de empatía, lo que favorece el acercamiento a los enfermos para dejarse acariciar”.
Por el momento, el programa puesto en marcha en el CRE se prolongará durante una semana y servirá para investigar posteriormente las reacciones de 18 pacientes. “La idea es sacar conclusiones y mejorar la integración del equipo de trabajo de Bocalán con los profesionales del Centro de Referencia Estatal dado que debe plantearse un enfoque transdisciplinar en el que, por ejemplo, si hay una mejoría desde un punto de vista motor, también va a incidir en aspectos cognitivos o emocionales”, aclaró Mariscal.
Para la directora del Centro de Referencia del Alzheimer, Maria Isabel González Ingelmo, lo más complicado de la terapia con animales es poder trasladarlas a las residencias en las que se atiende a este tipo de enfermos “dado que son más costosas”. Pese a todo, González Ingelmo expresó su satisfacción porque los primeros resultados del trabajo con los perros están demostrando que los objetivos marcados con los enfermos “pueden realizarse en un plazo más corto”.
Por ese motivo, consideró que se debe continuar experimentando con modelos de intervención “que después puedan ser aplicados en otros sitios con ayuda del Gobierno e incluso logrando un efecto multiplicador en la sociedad”.