Los segovianos Ángel Velasco Marugán y César Arcones han logrado proclamarse, por tercera vez, campeones de Europa de Fútbol Sala. En la fase final, disputada en Belgrado durante el mes de febrero, el equipo nacional que entrena José Venancio López y que cuenta con Arcones como entrenador de porteros y con Velasco como jugador, se ha sobrepuesto a las bajas de jugadores muy importantes y ha recuperado el título continental que perdieran hace dos años en Amberes. El combinado nacional, que acumula con este siete entorchados continentales y dos mundiales, es uno de los equipos que más éxitos ha logrado en los últimos tiempos, más incluso que otros deportes más populares como el balonmano o el baloncesto.
Las victorias en primera fase ante (Hungría, Ucrania) dieron el pase a los cuartos de final donde se derrotó a Portugal. En semifinales el rival fue Kazakhstan y en la final, el despliegue táctico y físico de los jugadores españoles desarboló a los rusos, que nada pudieron hacer ante el empuje de los españoles.
César Arcones, consolidado en el cuerpo técnico del equipo nacional con responsabilidades tanto en el equipo senior como en las categorías inferiores ve refrendado su trabajo con la confianza de Venancio y realiza los informes de los jugadores del equipo nacional y que son remitidos a sus respectivos clubes.
Por su parte, Ángel Velasco (LIN) milita en el Fútbol Club Barcelona y acumula un buen número de internacionalidades lo que le convierte en uno de los veteranos de la plantilla. Segoviaudaz.es ha charlado con César Arcones varios días después del éxito en Belgrado.
¿Sabe mejor un título cuando se acude con bajas tan importantes?
Era la primera vez que íbamos sin revalidar título. Teníamos bajas muy importantes (Sergio Lozano, Aicardo, Adri, Fernandao) y notamos cierto halo de pesimismo pero las adversidades afianzaron tanto al equipo que los jugadores que finalmente acudieron han dado un paso adelante y nos ha servido para ganar.
¿El equipo fue de menos a más?
En La primera fase las ‘formas no importan’. El objetivo siempre es pasar de ronda perfilando aspectos que luego pueden ser determinantes. En una competición tan corta hay que llegar de la mejor manera posible a los cuartos de final que es cuando te la juegas. En el partido contra Portugal estuvimos muy concentrados, llegamos en el mejor momento.
¿Las bajas condicionaron la manera de afrontar el campeonato?
Contar o no con un jugador como Fernandao te condiciona mucho porque te permite jugar con más variantes. Nos gusta jugar con pivot pero se lesionó unos días antes de empezar y tuvimos que utilizar otras variantes. Los jugadores se han sabido adaptar muy bien. Tenemos dos cuartetos definidos, uno para cada momento y situación. Con los jugadores en cancha del Intermovistar (Ortiz, Rivillos, Pola… ) nos permite controlar más los partidos desde la posesión mientras que con los de El Pozo (Miguelín, Álex, José Ruiz… ) teníamos más profundidad. El resto de jugadores se adaptaban a los quintetos con mucha profesionalidad. Y la defensa ha sido muy intensa durante todo el campeonato.
Fíjate si estamos ante un grupo comprometido que aquello que dicen los jugadores “ojalá yo no estuviera aquí porque he venido porque otro se ha lesionado” es pura verdad. No tienes más que mirarles a los ojos para saberlo.
¿La defensa, clave?
Nuestro modelo táctico se basa en la defensa y en la estrategia. Hemos estado muy bien en defensa, de menos a más. En los dos primeros partidos nos faltaba Ortiz que es muy importante pero lo suplimos muy bien. El equipo ganó en intensidad defensiva con el paso de los partidos y lo hemos notado. Hemos robado muchos balones en primera línea con Pola, por ejemplo. Y la estrategia es otra de nuestras señas de identidad. Ahí marcamos las diferencias.
¿Es el recurso que queda, el de la estrategia, cuando las normas no ayudan al espectáculo?
Exteriormente hay mucho debate con respecto a las reglas. Cada equipo utiliza sus armas porque tienes dos opciones: o te quejas permanentemente o trabajas y te adaptas. Las reglas no son las mejores pero son las que son. En ese sentido, Venancio ha abierto los ojos a mucho entrenadores porque hemos sabido contrarrestar de manera muy eficiente cuando nos han atacado en cinco para cuatro, incluso desde casi el principio del partido. Es mucho trabajo de visionado, de análisis de los rivales, de imaginación y búsqueda de soluciones.
Cada campeonato es una prueba de resistencia para todos, jugadores y cuerpo técnico
Creo que ha sido el campeonato en el que mejor hemos sabido aprovechar el tiempo e incluso dejar un tiempo para la distensión que siempre es necesaria. Hemos adaptado muy bien los entrenamientos con menos sesiones pero muy buenas. Hemos logrado alcanzar la competición en nuestro mejor momento y, además, tuvimos momentos de esparcimiento siempre muy necesarios. La sobremesa era el momento que aprovechábamos para estar juntos en un ambiente más relajado. Poco tiempo, pero bien aprovechado.
Ahora con el título, la competencia para la eliminatoria previa al mundial de Colombia (contra Eslovenia a doble partido, en marzo) será tremenda.
El bendito problema de los entrenadores. Los que han dado un paso adelante merecen estar y os que son buenos y no han podido venir por estar seleccionados seguro que también lo merecen. La competencia es máxima.
Hemos leído a Venancio hablar del “mejor equipo que he entrenado nunca” viniendo de alguien que ha trabajado con los mejores jugadores del mundo, habla bien del grupo.
Cuando Venancio dice algo es porque lo piensa, está convencido de ello. Esta selección, con nuestro trabajo y resultados se ha ganado el beneficio de la duda pero parece que ser tercero es un fracaso. Sumamos la presión a la mochila y seguimos trabajando. Está claro que como pasa con las reglas, o te quejas o trabajas. Nosotros trabajamos. No se puede ganar siempre, está claro. Pero no será porque no trabajemos.
En este equipo ya no están Daniel ni Amado y no volverán porque además puede tardarse años en tener una generación semejante. Ahora tenemos otras virtudes y otros defectos. Bueno, nos adaptamos, competimos y luchamos.
El fútbol sala no tiene demasiada repercusión mediática. Parece que, al menos, en este europeo la selección sí ha ocupado más espacio en los medios.
Estamos contentos. Las redes sociales nos han dado un gran empuje y aunque parece mentira, todo ayuda. En el aeropuerto cuando llegamos había gente esperándonos. En el deporte importa el ‘ahora’ porque en cuatro días ya nos hemos olvidado de la Eurocopa y tenemos que ir a por otro campeonato. Hemos sentido el apoyo de muchos sitios. También de la prensa porque todo lo que hacemos es noticia.
En un campeonato no todo es lo que pasa en el campo
Que va. El entorno tiene que ser lo más favorable posible. La comida, la tranquilidad, las canchas de entrenamientos… todo forma parte del éxito de un campeonato. La Federación Española hace un trabajo fantástico. Allí no nos falta de nada, incluso una furgoneta llegó hasta Belgrado desde Madrid llevándonos muchas cosas para el día a día. Es digno de mención.
Muchas selecciones utilizan a una parte importante de jugadores brasileños. ¿No desvirtúa un poco la competición?
Nosotros no hemos mirado nunca el DNI de los jugadores. Es verdad que es la primera vez que no van jugadores ‘nacionalizados’ con nosotros pero cuando han ido estaban tan implicados y asimilados que eran como de aquí. Lo que hagan otras selecciones no es nuestro asunto. Nunca hemos llevado más de dos jugadores no nacidos en España. En esta selección hay chicos de Vigo, de Murcia, de Segovia, de Torrejón… el fútbol sala ha arraigado en ciudades pequeñas. Ese también es nuestro fuerte.
¿Mundial aparte. Que te queda por lograr con la selección?
Me haría mucha ilusión que el equipo nacional jugara en Segovia. Teniendo en cuenta que Venancio entrenó aquí y que estamos Lin y yo no parece algo descabellado pero hay que organizarlo y Segovia tiene que querer. Ojalá pueda darse. Para mí sería lo máximo.
Por lo demás estoy en el mejor equipo del mundo. Con los mejores profesionales y haciendo lo que más me gusta. ¿Qué más puedo pedir?
Trabajas mucho con niños con tu escuela de porteros. ¿Qué te dicen?
Están casi más contentos que yo. Se hacen fotos con la medalla, me preguntan mil cosas y me ponen los pies en el suelo. Hay veces que estás metido en una especie de montaña rusa de sensaciones y los niños te devuelven a la realidad.
Foto: César Arcones (izquierda) y Lin con el trofeo de campeones de Europa de fútbol sala