La provincia de Segovia cuenta con 12 de las 26 empresas que se dedican a la planta de fresa en Castilla y León. Carbonero el Mayor, Nava de la Asunción, Navalmanzano, Mozoncillo y Fuente el Olmo de Fuentidueña centran una producción que el Presidente de la Asociación de Viveristas de Segovia Tomás Román, en declaraciones a la Agencia Ical ha considerado «complicada» en referencia a la campaña que acaba de concluir. Huelva, Marruecos, Grecia, Italia y Portugal son las zonas de recepción de la planta de fresa que sale de los viveros segovianos.
Las condiciones meteorológicas y la caída del consumo han provocado que se queden estolones sin recoger del campo lo que no sucedió en campañas anteriores. “La producción final ha sido menor que el año pasado, pese a que se ha plantado más”, subraya el presidente de los viveristas en declaraciones a Ical, que añade que aunque no se conocen todavía los resultados finales, “no es buen año” para productos como las fresas, frambuesas, patatas, zanahorias o puerros, “porque los mercados están muy atípicos”. Ya el año pasado sufrieron las consecuencias del descenso del consumo y se plantaron finalmente unas 1.400 hectáreas en toda la región, de las que 900 aproximadamente correspondían a la provincia segoviana. Román calcula que se recogieron unos 700 millones de planta en Castilla y León, con un rendimiento medio por hectárea de unas 550.000, “aunque es difícil saberlo con exactitud porque depende de la variedades”.
El descenso de la demanda ha llevado a algunos viveros a buscar otras opciones y están plantando arándanos o frambuesas, “que tienen un poco más de salida porque se siembra menos, aunque en el momento en el que se vaya aumentando su producción, se encontrarán con la misma situación que con la fresa”, indica Tomás Román. Pese al menor volumen de negocio, los viveros siguen manteniendo la misma mano de obra, con un número de contrataciones en la región “similar al del año pasado”, según Román, con unas 6.000 personas empleadas en Castilla y León, de las que cerca de 4.000 trabajan en la provincia segoviana, un 95 por ciento de ellas de nacionalidad rumana.
Foto: trabajadores de un vivero segoviano/Ical