El próximo Hay Festival Segovia, que tendrá lugar del 20 al 28 de septiembre, promete un programa “polémico y potente” a pesar de las dificultades que debe sortear para completarlo por la crisis. Su directora, María Sheila Cremaschi, lamenta que cerrar los patrocinios de la novena edición está costando “más que nunca”, aunque valora que muchos de los autores que participarán se han ofrecido a participar incluso por la mitad de su caché.
Cremaschi reconoce, en declaraciones a Ical, que entiende “perfectamente” la situación económica que complica los apoyos de empresas e instituciones públicas, pero se aferra al espíritu de Winston Churchill. El político y estadista inglés, Premio Nobel de Literatura en 1953 y abuelo precisamente de la presidenta de Hay Festival of Literature and the Arts, Revel Guest (llegó a trabajar con él), se negó a reducir el gasto en cultura durante un debate en la Cámara de los Comunes, en su etapa como primer ministro del Reino Unido en plena Segunda Guerra Mundial.
Churchill dio un golpe en la mesa: “¿Para qué estamos haciendo la guerra si vamos a terminar cortando los presupuestos de cultura?”, preguntó justo antes de abandonar con desaire el Parlamento británico. También para la directora del Hay Festival Segovia la cultura “no es algo accesorio ni un lujo que sobre, forma parte de la identidad del ser humano”.
Las dificultades comenzaron en 2009 “y este año está siendo el más difícil de todos en lo que se refiere al dinero, absolutamente”, prosigue. “En las primeras cuatro ediciones vivimos un paraíso y de haberlo sabido lo habría disfrutado más. Entonces pensábamos que era más complicado porque no nos conocían, y ahora nos conocen, nos respetan y todo lo demás, pero no hay dinero y un festival internacional es muy caro”.
En cualquier caso, Cremaschi aclara que Segovia no peligra como privilegiada sede permanente de una cita con las artes, las letras y el pensamiento que ya es referencia mundial. La organización, gestionada como fundación sin ánimo de lucro, “aspira” a superar de nuevo los 400.000 euros de presupuesto con una proporción 40-60 por ciento, aproximadamente, en lo que se refiere a patrocinios públicos y privados.
“En total yo diría que ahora estamos con el 60 por ciento del dinero cubierto y otros años a estas alturas teníamos un porcentaje que no sé si era mayor o menor, pero era más seguro”, apunta en alusión a que “gran parte” de esos apoyos están preacordados, pero aún sin firmar. “De todos modos las empresas con las que estamos negociando son serias y confiamos en ellas, no tengo miedo de que digan una cosa y luego no la cumplan, pero es cierto que cada vez resulta más difícil conseguir patrocinadores”, incide.
Cremaschi valora por ello especialmente las facilidades que están dando los protagonistas de la próxima edición: “Todos están ayudando, el que cobraba 10.000 euros por venir pide ahora 5.000 y el que pedía 30.000, ahora 15.000 o 20.000”. Aunque prefiere no dar nombres para evitar incomodidades a quienes se han ofrecido “de forma puntual” a rebajarse el caché.
Un tercio del programa cerrado
La novena edición mantendrá el formato habitual con “conversaciones o debates de una hora, exposiciones de artes visuales, conciertos y cine” para erigir una imponente cumbre literaria, cultural y social con cerca de un centenar de reconocidos autores, artistas, pensadores y en general intelectuales concentrados en cuatro días. Habrá un prólogo el 5 de septiembre protagonizado por Clara Sánchez y la inauguración VIP tendrá lugar el 20, pero el núcleo central se desarrollará de jueves a domingo, del 25 al 28.
Un tercio del programa ya está resuelto y con entradas a la venta (por tres euros) desde hace más de dos semanas, y el resto espera concretarse este mes si los anhelados patrocinios no fallan: “Tenemos 15 días para cerrarlo bien”, avanza Cremaschi. Destaca la conversación que mantendrán los Premios Nobel Mario Vargas Llosa (2010) y Jean-Marie Gustave Le Clézio (2008) y está confirmada la presencia en otros encuentros de los escritores Jorge Edwards, Elvira Lindo o Ángeles González-Sinde, así como los últimos premios Planeta y Goncourt, la ya citada Clara Sánchez y Pierre Lemaitre.
«Tenemos dos o tres grandes figuras que todavía no están anunciadas”, añade. “Una de ellas es realmente mundial” pero, una vez más, “depende de que cerremos el acuerdo con un patrocinador privado global (de raíz española) porque si no sería un presupuesto imposible”. “Si se consigue va a ser maravilloso pero hay que cerrarlo, tenemos que firmar”, subraya.
Francia copará buena parte del protagonismo, de ahí la participación de Le Clézio o Lemaitre, además de “otros muchos eventos relacionados con el país invitado que se irán desvelando”; y Europa (concepto, identidad, pasado, presente y retos de futuro) será un eje fundamental. Por ello se rememorará la Primera Guerra Mundial (en el centenario de su inicio) con una conversación entre el príncipe Jorge de Habsburgo y el escritor húngaro Peter Esterhazy, nietos del último emperador y el último primer ministro del Imperio Austrohúngaro, respectivamente.
«Creo que va a ser un festival muy potente, percibo que va a ser polémico, así que preparémonos para el griterío”, apunta Cremaschi. “Proeuropeo frente a antieuropeo, cristiano frente a no cristiano… Habrá posiciones muy antagónicas”. Polémica pero con trasfondo constructivo, invitando a la reflexión para alimentar y agitar pensamientos y conciencias.
Convenio con la BBC
El IX Hay Festival Segovia contará con una excepcional ventana al mundo tras la firma de un convenio con la británica BBC: “Filmará piecitas pequeñas para su cadena internacional, que llega a más de 300 millones de personas en el mundo”. No en vano, BBC World News es el canal de noticias con más audiencia del planeta y uno de los más vistos en cualquier formato.
Los medios internacionales son claves para un evento con la ambición del Hay, y Cremaschi se muestra especialmente orgullosa de un artículo que dedicó a la cita segoviana el periódico inglés ‘The Daily Telegraph’: “Venía a decir que los grandes festivales del mundo se acaban pareciendo, grandes autores hablando de sus últimos libros, pero destacaba que el de Segovia se distingue del resto gracias a los lugares donde se celebran los actos”.
«Me emocionó muchísimo”, confiesa su directora, quien resalta la apuesta de este año por organizar los eventos exclusivamente en iglesias románicas, conventos, monasterios, palacios o históricos jardines. “Eso no lo encuentras en otros festivales que terminan pareciendo franquicias, y aquí nuestro punto fuerte son todos esos lugares chiquitos, paralelos, raros…”.
Cierto es que la virtud que dignifica al Hay Festival Segovia, su encanto, también lo limita. Nunca podrá alcanzar la cantidad de público de la cita originaria, la del pequeño pueblo galés de Hay-on-Wye, que acoge los actos en carpas y ronda los 200.000 espectadores por edición, diez veces más que los de la monumental ciudad del acueducto.
Aun así, los hoteles se llenan los días más importantes: “El año pasado habíamos reservado alojamiento para la jornada del sábado a una personalidad que se supone que venía con un escolta y al final se presentó con dos”, recuerda Cremaschi. “Evidentemente necesitaba a los dos en su hotel, lo que obligaba a sacar a alguna otra persona de allí, pero no encontrábamos dónde reubicarla”. Bendito problema para un festival de ilimitada ambición, siempre que los patrocinios no falten.