Los tres finalistas del XXX Premio Cirilo Rodríguez, que entrega la Asociación de la Prensa de Segovia a corresponsales o enviados especiales de medios españoles, advirtieron de los cambios que han detectado en su trabajo desde la guerra de Afganistán, ya que los periodistas se han convertido “en un valor con el que negociar” en zonas de conflicto.
Marc Marginedas, enviado de El Periódico de Catalunya; Ángeles Espinosa, corresponsal de El País especializada en Oriente Próximo; y Javier Martín, delegado de la Agencia Efe para Israel y Palestina aseguraron que la información internacional “siempre ha sido un tema minoritario” y manifestaron que actualmente es más difícil ser corresponsal de guerra, porque hay una mayor competencia y hay que estar muy preparado.
Marginedas, uno de los periodistas que permaneció más de seis meses secuestrado en Siria, consideró que la información internacional es “un mercado que no se expande” y esto es “un hándicap”. “Somos un país que pese a tener una lengua muy potente, no hay movilidad entre los grandes medios para trabajar en América Latina, hay poca fluidez”, señaló.
Una opinión que compartió Ángeles Espinosa, que afirmó que el tema internacional “siempre ha sido minoritario”, porque “son pocos los medios que abren sus ediciones con la información internacional”. Además, según la periodista, se tiende a “idealizar mucho este trabajo”, cuando “lo más difícil al final es contar la paz”.
Para Javier Martín, la culpa del escaso interés que existe por la información internacional es de los propios periodistas, “porque se ha convertido en algo muy aburrido donde nos preocupa el periodismo de declaraciones y no se escucha la voz de la calle”.
Respecto a su trabajo diario, Marginedas indicó que en el caso de Siria hay actualmente “muchos intereses para que la información no se difunda”. En este país, según manifestó en la mesa redonda celebrada hoy en el campus María Zambrano, “hay un afán de todos los bandos por controlar cuál es el mensaje que se da”.
Lo mismo ha ocurrido en otros conflictos desde la guerra de Afganistán, como recordó Espinosa: “Ha cambiado mucho la relación de los bandos con los periodistas” y esto en Siria “se ha convertido en algo demencial”. “Esto es un grave problema, porque si antes podíamos tener dificultades de acceso, ahora es imposible saber lo que está pasando”, añadió.
Una situación que ratificó Javier Martín, que aseguró que los periodistas se han convertido “en parte del conflicto”. “Estamos en un momento en el que tú eres un montón de dinero y los distintos bandos van a usarnos”, señaló.
El futuro del corresponsal de guerra
Los tres defendieron la figura del corresponsal de guerra y garantizaron su existencia en el futuro, “aunque se va a tener que reinventar, diversificar y trabajar para soportes multimedia”, matizó Marc Marginedas. La periodista de El País suscribió las palabras de su compañero, pero mostró su preocupación porque la información internacional “en lugar de democratizarse sea, por un lado, barata y de acceso para todo el mundo, y por otro, de análisis de alta calidad, cara y para las élites”.
También Martín avaló la continuidad de la información internacional, “porque un conflicto o un sucesos no sucede sino hay un periodista que lo cuente”. Aunque sí apostó porque se iba a hacer de forma diferente a la actual, “con más soldados desconocidos”, que es como llama un amigo suyo a los trabajadores de las agencias de noticias.
“El futuro del periodismo internacional está en la formación que tengamos de los sitios donde hay conflictos, pero sobre todo en dejar de ser aburridos”, concluyó.
Los tres corresponsales son los finalistas de este año del premio Cirilo Rodríguez, que será entregado mañana durante un acto en el Parador de Turismo a las 20.30 horas. Durante el mismo se va a rendir homenaje al primer ganador y jefe de la “tribu» de enviados especiales, como él la definía, Manu Leguineche, recientemente fallecido, con la intervención del Coro de la Asociación de la Prensa de Madrid.