Clara Isabel Luquero de Nicolás (Santiuste de San Juan Bautista, Segovia, 1957) accedía a la Alcaldía de Segovia el pasado 5 de abril tras la dimisión de Pedro Arahuetes “por motivos personales”. En 2003 entró en el primer equipo de su predecesor como una concejala más, y cuatro años después pasó del número cinco de la lista al dos, de ahí que asuma su nombramiento como “una sucesión natural”. Valora que había otros compañeros con capacidades “más que adecuadas” para el puesto, “y en su momento se planteó pero fue una cuestión de consensos”, afirma en su entrevista con la Agencia Ical.
Preguntada por su posible candidatura a las elecciones de 2015, avanza que anunciará su decisión “más o menos en septiembre”; asegura que todavía no ha despejado sus dudas aunque, conscientemente o no, en ocasiones habla con vocación de continuidad. Se declara “de izquierdas hasta la médula”, más que su predecesor, y afín a Óscar López, aunque subraya que no por ello se posiciona “contra nadie”.
¿Qué tal la primera semana en la Alcaldía?
Pues intensísima, como era de esperar. Ha sido de toma de contacto con la dinámica diaria del trabajo en la Alcaldía, de reuniones con Secretaría General, con distintos concejales… Estos días hemos solicitado entrevistas en las administraciones públicas con las que tenemos asuntos pendientes; cada tarde me he sentado con una asociación de vecinos para ponerme a su disposición y ver prioridades, y así seguiré hasta reunirme con todas (17) y terminar con la federación de vecinos. También he tenido presencia en casi todo lo que ha sucedido en la sociedad segoviana porque, como dije en mi investidura, estaré en todo lo que pueda; y en lo que no pueda, porque no me puedo clonar, estarán los miembros del equipo de Gobierno, como hemos hecho siempre desde 2003.
¿Cuántas horas diarias?
Las que hagan falta. En mi investidura lo dije de corazón: me voy a entregar absolutamente a Segovia. Empiezo a las ocho de la mañana y solemos acabar sobre las diez de la noche. Después, cuando llego a casa, me pongo con asuntos como informes que no da tiempo a ver en el despacho, o a preparar ruedas de prensa que pueda haber al día siguiente. Aunque en realidad antes de la investidura ya tuve jornadas muy intensas y el discurso lo terminé dos días antes, pero a las 2 de la madrugada, cuando pude parar de otros asuntos. Pero bueno esto es así…
Con jornadas así podría agotarse en pocos meses…
No, no puede ser, no me lo puedo permitir. He estado once años trabajando intensamente en Cultura y creo que no me he quemado. Me planteé Cultura como el centro de mi vida, junto con mi familia, claro, y así he actuado siempre. Cuando no trabajas en algo concreto estás pensando en algún proyecto nuevo, y si paso una hora sin teléfono en un viaje temo estar perdiendo la oportunidad de que surja uno. Es verdad que asumir ahora la responsabilidad de toda la ciudad supone un salto cuantitativo y cualitativo importantísimo, pero la gente que me conoce sabe que siempre me entrego todo lo que puedo.
¿Cuántas veces ha hablado con Arahuetes esta semana?
Ninguna, aunque Pedro sabe que le llamaré cuando surja un problema en el que necesitemos datos del histórico de la ciudad. Él tiene en su cabeza privilegiada la evolución de asuntos importantísimos, cosas que a lo mejor no están ni en los informes, y cuando eso suceda va a estar a disposición de la ciudad como ha estado siempre.
¿Y él tampoco la ha llamado?
No, nos hemos visto un momento, nada más. Él confía en mí y deja trabajar, y además la responsabilidad ahora es mía y lo sabe. Contaré con él cuando sea necesario, pero no vamos a estar llamándole cuando hay capacidades y cuento con un buen equipo conmigo.
¿Comprende su dimisión?
Hay que respetar a una persona que se ha dejado la piel trabajando por Segovia durante once años, respeto absoluto. Los que además hemos trabajado hombro a hombro con él, todos los que hemos formado parte de sus equipos, le tenemos una admiración total por su capacidad de trabajo, resolución y defensa de los intereses de la ciudad. Y debemos entender y respetar que tenga una cuestión personal, como él ha dicho, que le haya llevado a dimitir.
¿Cuánto tiempo tardó en aceptar sustituirle?
Esto fue un proceso. Hay varios compañeros con capacidades más que adecuadas para haber asumido la Alcaldía de Segovia, sinceramente, y en su momento se planteó pero fue una cuestión de consensos. Pedro lideró el asunto en una dirección, pero tuvimos que consensuarlo entre todos los miembros del equipo de Gobierno, que tenían que votar, y también con el Partido Socialista, lógicamente. Entonces el relevo natural parecía la segunda de la candidatura… Se suscitó el consenso por todas las partes y con el consenso en la mano, Pedro me viene a ver y me lo dice. Le pedí que me dejara unos días para responder porque yo más bien estaba pensando en otra cosa (agotar el mandato como concejala y dejar la política). Pero había que asumir la responsabilidad, con tu ciudad primero, con tus compañeros y con el partido. Y la asumo como un gran honor y con una entrega absoluta. Después no puedo prometer que vaya a resolverlo todo, pero el trabajo intenso y toda la pasión que siento por Segovia va a estar ahí.
¿Y entonces le dio el sí en sólo unos días?
Bueno, en cierto modo lo supe con algo más de antelación. Hubo un tiempo en el que Pedro me había avanzado que él veía que tenía que ser yo, y luego ya se plantearon los consensos.
¿Qué fecha se marca para tomar una decisión sobre si se presenta como candidata a las elecciones de 2015?
Más o menos en septiembre, por los tiempos que tiene el Partido Socialista. He pedido prudencia, hay que darse un tiempo para ver cómo van evolucionando las cosas, cómo me hago con los mandos. Si veo que puedo ser útil diré adelante con todas las de la ley. Pero quiero ver cómo puedo contribuir con mi trabajo y con el de todo el equipo en las circunstancias que hay, con el bloqueo que nos plantean otras administraciones públicas y esos corsés que ha puesto la Administración central a la autonomía local con el techo de endeudamiento, el tope de gasto… Y una vez que vea cómo evoluciona todo veré, pero sí que cuento con el respaldo del partido, ¿eh?
El PSOE le ha dado su apoyo públicamente…
Explícitamente, me lo ha dado y luego hay unos procesos dentro del partido por los que parece ser que si ya eres alcalde y decides presentarte no son necesarias las primarias. Pero si los compañeros creen que debe haber un proceso de primarias no pasa nada, de verdad que sin problemas, porque la vía democrática siempre es buena.
De su respuesta se puede intuir entonces que está dispuesta a presentar la candidatura…
Ya veremos, la prudencia es importante.
Pero ha estado casi once años al lado de Arahuetes, más o menos ya conoce la Alcaldía…
No es lo mismo verlo muy de cerca que vivirlo en carne propia, y en todo caso la prudencia nunca estorba. He sido incluso prudente en mi etapa de concejala de Cultura, nunca hablé de proyectos hasta que no fueron realidades firmes. Lo que yo he comprometido con el partido y he trasladado a mis compañeros es que primero vamos a ver, y después diremos. Cuando uno se tira a un charco, antes tiene que tener muy clara la distancia, la profundidad, si hay lodo al fondo…
Ha estado a su lado, aunque dicen que usted se sitúa más a la izquierda.
Pues probablemente sí, no voy a negarlo. Yo soy una persona comprometida con los valores socialistas, y los valores socialistas están con la gente que más necesita del Estado y las administraciones, es una cuestión de justicia social. Nunca entenderé ese concepto del liberalismo económico y que cada uno se las apañe como pueda. El Estado no puede ser neutral si las condiciones de partida no son iguales para todos. No digo que no hayamos cometido errores pero, con defectos y virtudes, lo cierto es que todas las leyes que han supuesto afianzar el Estado como protector del más débil las han aprobado los gobiernos de Felipe González y Zapatero. Si esa visión es ser de izquierdas, lo soy a mucha honra.
No pocos dirigentes socialistas han reconocido que Zapatero se desvió de ese modelo en sus últimos años…
Ya digo que con todos los defectos y virtudes. Su primera legislatura fue prodigiosa en la evolución de los derechos sociales, desde el matrimonio homosexual hasta la ley de dependencia. Si hay alguien que está en desigualdad de condiciones es aquel que necesita a otros para comer o vestirse, ¿o no? Se me está poniendo la piel de gallina… Lo que digo, lo digo desde las tripas, el corazón y desde el cerebro en la reflexión más profunda. Siempre voy a defender eso. Y dicho esto, los partidos son una herramienta para competir en un proceso electoral, pero una vez que las elecciones han pasado, las instituciones son de todos, de los que han votado a una opción y a otra. Sin ese principio la democracia no funcionaría.
La teoría se la saben todos…
Hay que ponerla en práctica, y yo os retaría a que comprobarais en once años de gestión en Cultura como he hecho todo lo posible por ayudar y atender a todos los colectivos y artistas sin importarme su planteamiento ideológico. Creo tener la credibilidad de haberlo puesto en práctica cada día, en mi conciencia está eso. Y puedo garantizar que voy a ser la alcaldesa de todos. Luego puede decir que soy más de izquierdas o lo que quiera, pero soy una demócrata de corazón. Y si eso no nos lo creemos todos los políticos y no lo ponemos en práctica, estamos abocados a un problema muy grave con nuestro sistema democrático, lo digo muy en serio. Eso no quiere decir que el proyecto con el que te presentas a unas elecciones no plantee una forma concreta de entender la realidad, y aquí hay un proyecto con un cariz social, con mucho aval para los temas culturales. La cultura y la educación es lo que de verdad transforma a los seres humanos y cambia la vida de la gente, y yo soy un ejemplo de ello.
¿Por qué?
Lo soy porque provengo de una familia muy humilde del medio rural (Santiuste de San Juan Bautista, 628 habitantes), tanto que mis padres con 10 años estaban trabajando. Son de esa generación luchadora que no tuvo más derecho que el del trabajo, que trabajó para levantar nuestro país en plena Dictadura y consiguió que sus hijos tuvieran la educación que ellos no tuvieron. Mis padres, que son personas muy valiosas y de las que he aprendido mucho, en lo que es educación convencional escriben sin diferenciar determinantes de sustantivos y adjetivos. Crecí en un medio rural muy cerrado, donde todo es así “porque ha sido siempre así”, donde la gente convive de una manera más familiar, pero también con muchos prejuicios. Y con 12 o 13 años yo ya me había cuestionado todo, ¿dónde estaba lo justo en que esto fuera así porque siempre hubiera sido así? En mi casa no había un libro y sin la educación pública, sin la escuela rural, yo no habría tenido una ventana al mundo ni sería hoy la alcaldesa de Segovia, por eso mi pasión por la cultura y la educación.
Junto con igualdad, son los dos conceptos que más repite…
Creo firmemente en ellos, es la verdad y yo siempre voy a decir lo que siento. Soy clara como mi nombre, casi transparente y a veces hasta demasiado, ese va a ser mi problema. Pero bueno, quiero decir que tengo ese planteamiento y siempre me va a encontrar defendiendo que la sensibilidad de las instituciones tiene que ir hacia quien más lo necesita. Así tiene que ser porque, si ahora mismo todos los ciudadanos que por fortuna no estamos pagando las consecuencias de la crisis miráramos a otro lado, haríamos una porquería de sociedad. Eso es ser de izquierdas, y lo soy hasta la médula.
¿Y cómo ve la alcaldesa a su partido a nivel regional? ¿Se siente más cerca de Óscar López o de Julio Villarrubia?
Óscar López tiene una responsabilidad importante a nivel federal y Villarrubia, regional. Cada uno debe cumplir con el cometido que le ha asignado el partido, y luego el hecho de que haya diferencias, roces o tensiones que surgen siempre en la convivencia humana… Yo es que no creo que haya un conflicto como para pensar que el partido se va a dividir entre uno y otro. Puede que haya roces personales, seguramente los hay porque han trascendido en medios, pero personalmente no los he visto. Evidentemente, con Óscar López tengo que decir que he trabajado mucho, él me ha mostrado su confianza, estuve en el Congreso de Sevilla y he apoyado su planteamiento. Yo lo apoyo claramente, pero no me posiciono a su favor y contra nadie, sólo pido que las fricciones personales queden al margen, deben obviarlas, porque eso no les exime de las responsabilidades que se les ha encomendado.
¿Y a nivel nacional por quién apuesta?
Es difícil. Hay mujeres muy interesantes, pero con compromisos que ahora no van a abandonar, como la presidenta de la Comunidad andaluza (Susana Díaz); tenemos también a Patxi López, que ha hecho una gestión brillante y tiene una experiencia increíble; y a Madina, un joven diputado que no tiene experiencia como ministro, pero ha sido una de las almas en el congreso. Y ya veremos quién más se posiciona…
¿Y Rubalcaba?, ¿ya da por hecho que no se presenta?
No lo sé. Rubalcaba lo que ha hecho es asumir las riendas del partido en un momento muy complejo, se lo pidieron y así lo hizo, y la experiencia y el talento de ese hombre… Puede que sea el político más brillante de este país, por algo ha sido ministro con todos los gobiernos del PSOE. Ahora viene otro tiempo, otra etapa, ya veremos quién lidera, pero lo fundamental es que los valores de los que he hablado sigan ahí para que todos los retrocesos que hemos vivido durante el Gobierno del PP los hagamos reversibles, porque una sociedad no está sana si unos lo tienen todo y otros no tienen ni la dignidad para sobrevivir. Lo importante es el proyecto, no el nombre de quien lo lidere.
Volviendo a la política local: ¿mantener Cultura y Alcaldía no es una carga excesiva?
Todavía no digo lo que voy a hacer. Informaré de ello cuando se incorpore la nueva concejala (Marta Gutiérrez, en el próximo pleno), pero la reestructuración será mínima porque el equipo está trabajando muy bien.
¿La decisión está tomada?
Está todo decidido desde hace tiempo, pero el momento de decirlo será cuando se incorpore la nueva concejala.
En cuanto a las relaciones con la Junta y el Gobierno, ¿ha avanzado en su intento de reunirse con responsables de una y otra Administración para tratar de desbloquear proyectos?
Les escribimos de inmediato, como ya dije, después hemos llamado por teléfono para confirmar la recepción y han dicho que están en ello. Hay que pensar que las instituciones no resuelven inmediatamente, luego ya veremos…
El anuncio de Arahuetes de cerrar la estación de autobuses el 30 de junio puede verse como un órdago relativo, un brindis al sol como despedida para que usted se apunte un tanto resolviendo el problema con la Junta…
Pedro hizo lo que tenía que hacer como alcalde, y yo haré lo que tenga que hacer como alcaldesa porque ahí tenemos un problema.
¿Si renuncia a presentarse a las próximas elecciones dejará la política?
Sí, porque ya estuve en el Congreso y pude ir al Senado. En su momento se me preguntó si tenía disponibilidad para ello, pero respondí que me gustaba mucho más la política local. Creo que puedo ser más útil en mi ciudad que en el Senado, donde hay gente muy valiosa.
Ahora habla en presente, entonces sí piensa seguir como alcaldesa…
No estoy diciendo eso, hablo de mi respuesta cuando se me planteó lo del Senado, en las anteriores elecciones, y opté por quedarme en la ciudad. Ahora digo que ya veremos.
¿Teme que pueda interpretarse como un fracaso si renuncia a la candidatura?
Yo creo que mi postura está muy clara: quiero ser prudente y ver cómo se desarrollan los acontecimientos en este tiempo, y después diré la decisión que tomo. Es algo personal, es lo mismo que Pedro, su decisión no puede interpretarse como un fracaso.
Pero él estuvo once años, no poco más de uno…
Y yo llevo once años en el área de Cultura y he hecho el proyecto cultural que quería. Yo no lo veo así, yo no sé todavía lo que voy a hacer, sinceramente esa decisión no está tomada.
Para terminar: ¿piensa recurrir a la ironía de su predecesor y reclamar la independencia de Segovia o su anexión a Alemania, según cómo afecten a Segovia los próximos presupuestos de la Junta y el Gobierno?
No, pienso luchar por que nos incluyan en sus presupuestos. No me dolerán prendas en agradecer públicamente si tengo que agradecer algo, y si debo reclamar lo haré con contundencia. Pero esta ciudad forma parte de Castilla y León, territorialmente estamos donde estamos. Ya hablé en mi discurso de nuestra indiscutible identidad castellana y ese latir nuestro con ‘Castilla entera se siente comunera’. No dije nada que no creyera firmemente.