La segunda recesión económica espolea a las constructoras de Castilla y León hacia el mercado exterior, que este año podría adjudicar a estas empresas obras por importe de 1.000 millones. Esta cifra, “razonable” para la Cámara de Contratistas, permitiría compensar la paralización de las inversiones en infraestructuras en España y ayudar a mantener el empleo en la Comunidad. No obstante, la restricción crediticia amenaza la viabilidad de algunos proyectos internacionales.
Unas 37 empresas de la Cámara de Contratistas están trabajando ya en otros países, después de que la crisis económica y el control del déficit hayan reducido las inversiones en obra pública. A ellas le siguen la pista otra veintena que está implementando su plan para establecerse fuera. El principal destino son los países latinoamericanos, sobre todo, Perú, aunque aquí se enfrentan a la competencia de las compañías brasileñas.
El presidente de la Cámara de Contratistas, Enrique Pascual, explicó que la internacionalización no es una alternativa al alcance de todas las empresas. No obstante, explicó que los contratistas están teniendo que “hacer de la necesidad virtud”, especializándose en diferentes mercados y sectores. Indicó que hace unos años, la facturación del centenar de compañías de la entidad ascendía a 9.000 millones, por lo que han tenido buscar proyectos fuera, aunque reconoció que la salida al exterior se está realizando de forma “apresurada”.
En ese sentido, Pascual explicó que las empresas deberían haber apostado por la internacionalización, para diversificar sus mercados, en la época de bonanza. No obstante, la Cámara de Contratistas lleva años impulsando y apoyando estos proyectos. En colaboración con Cecale han llevado a cabo expediciones a diferentes países para establecer contactos con las autoridades locales y allanar el camino a los empresarios de Castilla y León. Además, en breve tendrán también la “puerta abierta” en Moldavia ya que se está cerrando los últimos flecos de un acuerdo.
En este momento, la Cámara de Contratistas ha reforzado los ejes de su estrategia de internacionalización ante la recaída económica. La entidad está orientando e informando a las empresas sobre las prácticas para acceder a licitaciones en países emergentes, que cuentan con el apoyo de entidades multilaterales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI). Además, se facilitan datos económicos del estado, para analizar la evolución de las inversiones.
También, la entidad cameral cuenta con una comisión internacional que pretende que las empresas que se decidan a dar el salto de la internacionalización no comentan los mismos errores que sus predecesores. Otra de las medidas que están impulsando es la constitución de consorcios, una figura más abierta que la tradicional UTE (Unión Temporal de Empresas), que se utiliza para ejecutar una obra determinada. Por tanto, se están fomentando las uniones para que crear grupos de mayor tamaño en el exterior.
Enrique Pascual, presidente de la Cámara de Contratistas de Castilla y León
Barreras
Las principales barreras para que el sector de la construcción se implante en el exterior radican en los costes de este proceso, que no se resuelve en un corto plazo de tiempo, según Enrique Pascual. Explicó que sin una planificación adecuada es muy complicado conseguir financiación por los “riesgos” que entrañan los proyectos internacionales y señaló que algunos estados no reconocen los avales de entidades financieras españolas.
A pesar de que la cultura y el idioma no son una barrera en regiones como Lationoamérica, la llegada de grupos extranjeros suele generar, en opinión de Pascual, desconfianza y malestar entre los empresarios locales. También, indicó que algunos profesionales tiene problemas para homologar sus títulos, lo que obliga a las constructoras a recurrir a personal local. De la misma forma, señaló que es difícil conseguir en ocasiones el “cartón”, es decir, el certificado como contratista de ese país.
Finalmente, el presidente de la Cámara de Contratistas indicó que la “asignatura pendiente” de las empresas españolas es la internacionalización de su actividad. Explicó que América Latina es el espacio más idóneo para las constructoras de Castilla y León. En países como Perú llevan varios años trabajando compañías de la Comunidad en infraestructuras vinculadas al ciclo del agua, carreteras y equipamientos sanitarios y educativos. “En estas zonas está todo por hacer”, concluyó.