El habla de la provincia de Segovia mezcla el castellano recio, el ingenio popular y una pizca de ironía serrana, dando lugar a expresiones «muy segovianas» que, aunque quizás no figuren en los diccionarios, cuentan historias y formas de vida propias de la provincia.
Majo/a
Seguro que todos conocemos el típico “majo”. En los diccionarios aparece asociado a simpático, agradable o hermoso, pero en Segovia suele acompañar a expresiones como “¿qué pasa, majo?”, «oje, majo», «vale, majo», etc. El «hola, majo» es el saludo más repetido y habitual en la provincia.
Leísmo y laísmo
Aunque es algo que no agrada a la RAE, en Segovia hay predisposición por el leísmo y el laísmo. No es porque nos hayan enseñado peor la gramática en el colegio o instituto, es una práctica muy habitual con profundo arraigo que suele cabrear mucho a la gente de fuera. Expresiones como «pero, ¿qué la pasa?» o «les vi llegar», se suelen colar en las conversaciones y en los textos, cuando lo correcto sería decir «pero, ¿qué le pasa?» y «los vi llegar».
– La Leyenda del Pozo Verde, el ‘Romeo y Julieta’ de un pueblo de Segovia –
Muchos youtubers e influencers han tomado nota de esta manía y la han usado como idea para divertidos vídeos y montajes.
«Cae un helazo»
Otra de las cosas muy famosas en Segovia son sus inviernos. Meses fríos y secos, o impresionantes nevadas sin poder salir de casa, lluvias torrenciales o cala bobos con los que también acabas empapado, y sobre todo, temperaturas bajo cero. Y es que en Segovia nunca hiela, aquí “cae un helazo”. Cuando llegamos a esas bajadas de temperatura que no sobrepasan los cero grados, empezamos a “rilar”.
Y muy unido a esto está el “aviarse” de las abuelas, refiriéndose a vestirse, y el ponte una “chamarra”, “chamberga” o “rebequita”, como sinónimos de chaqueta.
Expresiones pueblerinas
Expresiones segovianas muy pueblerinas son “añusgarse” como atragantarse, estar “orilla de” como estar cerca de, o “ir en cá de”. Y digo pueblerinas porque es muy típico andar por tu pueblo y que tu abuela se asome al balcón para gritarte: “Vete en cá de la Catalina a ver si tiene pan”
O el “pos” en lugar de “pues”. Sobre todo cuando quieres hablar rápido y te sale involuntariamente.
Propia de las zonas rurales es también «alcahués» y «alcahueses» para hacer referencia a los cacahuetes. No obstante, tal y como especifica la RAE, es un forma propia del habla popular que debe evitarse en la lengua culta.
Otras expresiones segovianas
“Llegar en un periquete”, que nada tiene que ver con los pájaros, sino que significa llegar dentro de poco.
También está el “mamola” en lugar de barbilla y se puede llamar “modorro” a alguien, queriendo decir “tontorrón” (esto es mejor que lo digas fuera de la provincia, no sea que alguien te entienda).
“Borrageta» o “borrageto», para referirnos a los garabatos, sobre todo los que hacíamos de pequeños, y los que son padres aún se lo dirán a sus hijos.
Y si de niños se trata, yo al menos, estuve muy acostumbrada a a decir “chingoleta” en lugar de voltereta. Y a “agigolarme” después de hacerlo (fatigarme).
Asimismo, curioso es que los segovianos no se atragantan, sino que se «añusgan»; tampoco se limpian las comisuras de los labios, sino que se limpian los «berretes»
Pero no sólo tenemos palabras especiales, también tenemos expresiones muy usadas, como son “hay que amolarse” cuando alguien quiere decir que hay que fastidiarse, o “dar un baque” que seguro que todos aquellos que seáis de pueblo la conocéis más, que significa robar fruta en huerto ajeno.












