“He venido a entreteneros y a asustaros”. Con esta declaración, Chema Alonso abrió la ponencia más esperada del Congreso de Hackers celebrado hoy en Segovia, dejando claro que la Inteligencia Artificial vive un momento decisivo. El experto alertó de que la IA provoca un enorme “efecto guau”, pero recordó que no todo es real, ni siempre funciona, y que su impacto debe analizarse con cautela. “Estamos en el momento de los datos, en una auténtica guerra de información”, subrayó, insistiendo en la necesidad de saber qué hacemos con nuestros datos y cómo nos exponemos.

La ciberseguridad ya no es un ámbito técnico, sino un problema económico, social y personal que afecta a empresas, administraciones y ciudadanos. Esta es una de las conclusiones que se deducen en la segunda edición del Congreso Hackers, una cita que
ha reunido a más de 500 asistentes en el Campus “María Zambrano” de la Universidad
de Valladolid .

Uno de los datos más contundentes lo aportó Andrés D. Naranjo, docente en másteres de ciberseguridad, ciberinteligencia y cybercompliance. Subrayó que el Congreso es una oportunidad real para que las empresas entiendan la magnitud de los riesgos. Así, según explicó el coste medio de un ciberataque a una pyme en 2024 alcanzó los 40.000 euros, mientras que la recuperación forense puede elevar el impacto hasta los 70.000 euros.

Según destacó, iniciativas como la celebrada en Segovia son esenciales para elevar la cultura de seguridad en la sociedad y acercar a las pymes los mecanismos de protección que necesitan.

El papel de la Inteligencia Artificial y su impacto en el cibercrimen centró buena parte de la intervención de Pablo F. Iglesias, consultor en reputación y presencia digital. Recordó que el 60% de las interacciones digitales ya involucra bots conversacionales como ChatGPT, lo que redefine tanto la gestión de datos como la manera en que se construyen y se protegen las marcas. La IA, señaló, multiplica oportunidades, pero también abre nuevas vías de exposición para empresas y ciudadanos.

El enfoque personal de la ciberseguridad llegó de la mano de Elisa Alises, entrenadora de la selección española de ciberseguridad y Offensive Security Engineer. Su mensaje fue claro: ninguna persona está a salvo si no gestiona bien sus dispositivos. Cada móvil, cada ordenador y cada cuenta digital puede convertirse en una puerta de entrada para un ataque si no se aplican medidas básicas de protección.

La dimensión global del cibercrimen quedó reflejada en la intervención de Juan Carlos Galindo, experto en inteligencia corporativa y prevención del delito. Aportó dos cifras que dibujan el problema: solo el 1,8% de los ciberdelincuentes son detenidos y el dinero estafado en el mundo permitiría a un país formar parte del G8. Un recordatorio de que el cibercrimen es ya un fenómeno transnacional que exige cooperación y vigilancia continuas.

Prevención y respuesta desde las instituciones

El Congreso reserva un espacio clave para la mesa redonda “Ciberseguridad en España: prevención, respuesta y cooperación”, con especialistas de Policía Nacional, Guardia Civil y el Mando Conjunto del Ciberespacio. Una mirada conjunta a cómo se detectan amenazas, cómo se actúa ante incidentes y cómo deben coordinarse las instituciones para responder a un problema que crece cada año.

Además, Marta Barrio Marcos, especialista en seguridad ofensiva, ofrecerá una visión divulgativa con “Del Pueblo al Hacking”, y Saúl Diez (INCIBE) cerrará el programa con una intervención sobre capacitación básica en ciberseguridad, un recordatorio de que la protección digital empieza por la formación.