Momia pueblo de Segovia
Img/Segovia Turismo

Los pueblos de Segovia siempre albergan maravillosas historias y leyendas que aumentan el interés por visitar todos y cada uno de ellos. No obstante, el enigma que esconde una localidad del nordeste de la provincia es de las cosas más raras que se pueden ver en el territorio: la sorpresa que se llevan los turistas es mayúscula cuando descubren que en un pequeño pueblo de Segovia hay una momia.

El enigma de la momia de este pueblo de Segovia

Este pequeño pueblo de Segovia, considerado como uno de los más bonitos de España, esconde tras su nombre una historia tan inquietante como desconocida.

La iglesia de Maderuelo alberga en una de sus naves, una momia de, lo que parece ser, una niña bien vestida. Alrededor de esta, son varias las leyendas que tratan de poner historia y nombre a la momia de Maderuelo.

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Unos dicen que la niña murió mientras su padre se encontraba de viaje para visitar al Rey, otros afirman que la niña murió de peste y su padre hizo vestirla con sus mejores galas. También, su nombre es un misterio que continúa sin resolver. Aunque algunos, por diferentes textos encontrados, afirman que se trataba de una niña llamada María.

Tradición

Cuando los turistas acuden hasta el pueblo de Maderuelo, entran en la iglesia y se acercan hasta la nave donde se localiza la momia, tienen la tradición de poner sus manos sobre ella. Porque, según cuenta la leyenda, la momia ha sobrevivido tanto tiempo en «buenas» condiciones que esconde mucha energía positiva que se traspasa a los que hasta ella se aproximan.

¿Qué ver en Maderuelo?

Más allá de la momia que hay en este pueblo de Segovia, Maderuelo, con 101 habitantes según los datos del INE de 2024, tiene otros puntos de gran interés. Sus casas se alzan sobre una colina junto al embalse de Linares, y su perfil de piedra, sus murallas y la iglesia de Santa María evocan un pasado medieval. Cuando te acercas a los restos de su muralla, se escuchan ecos de la historia…

Desde el mirador, las vistas del paisaje al más puro estilo castellano y la lámina azul del agua forman una estampa difícil de olvidar. No por nada es considerado uno de los pueblos más bonitos de España.

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Embalse de Segovia en el que está permitido el baño
Embalse de Linares Img/Segoviaudaz

La muralla

Maderuelo conserva buena parte de los lienzos y el «Arco de la Villa». Tenía cuatro puertas y el castillo integrado en el extremo oriental. La población tuvo de ocho a diez parroquias y llegó a constituir arrabales, que se despoblaron en el siglo XIV. De estos signos aparentes de prosperidad religiosa se conserva la parroquia de Santa María y las ermitas de San Miguel, Veracruz y Castroboda.

La estructura del caserío es irregular, con predominio de estrechas y alargadas manzanas adosadas a la muralla y su relleno parcelario con tamaños y formas diversas que parecen proceder de alteraciones sucesivas.

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Arco de la Villa

Es la entrada emblemática que protege el acceso suroeste. Hasta principios del siglo XX disponía de foso y puente.

Condenado el exalcalde de un pueblo de Segovia
Puerta de la Villa Img/Windwhistler-Wikipedia

Plaza de San Miguel

Pequeña plaza triangular que sirve de bifurcación. Una escalinata se abre para subir al patio o atrio elevado de la ermita. Los altos edificios que la circundan conservan la atmósfera medieval, destacando dos portadas románicas y una gótica con escudo de estilo rococó.

Iglesia-Palacio de San Miguel

Conjunto formado por la antigua parroquia del siglo XII sin culto, y una vivienda adosada, hoy privada. Sus muros formaron parte del conjunto defensivo oeste y ha sufrido profundas remodelaciones. En el siglo XV se adosó una segunda nave rectangular, rematada con una pequeña espadaña.

Puerta del Barrio y Casa-Torre del Hospital

Conjunto defensivo que protege el único acceso desde la muralla de la umbría, al que asciende el camino desde el valle del arroyo Moralejos. Es una entrada abovedada enmarcada entre dos sólidos arcos de medio punto, a los que se adosa una casa que fue un antiguo torreón. Posteriormente, se utilizó como hospital o albergue de peregrinos y necesitados. Se denomina Puerta del Barrio por ubicarse próxima a la Judería o Barrio Judío.

Capilla Sixtina de un pueblo de Segovia
Puerta del Barrio Img/Freepik

Arcacel y Barbacana

Mirador espectacular que se extiende bajo el atrio porticado de la iglesia de Santa María. Aunque sirvió de osario de la parroquia hasta épocas recientes, es un misterio su función defensiva, sobre todo en la época de dominio musulmán.

Vista del embalse y las murallas de Maderuelo Img/Segoviaudaz

Plaza de Santa María

Rectángulo que ocupa la parte central del cerro, bajo la imponente mole de la iglesia de Santa María. Dispone de dos accesos por el oeste y dos por el este, que cruzan bajo sendos arcos que se adosan a la gran espadaña, construida según traza de Manuel Díaz Gamones en el último tercio del siglo XVIII y testigo centenario de innumerables juegos de pelota mano.

Iglesia de Santa María del Castillo

Se dice que la momia habita en esta iglesia del pueblo de Segovia. Es una iglesia mudéjar que destaca por su tamaño, ya que se trataba de la iglesia arciprestal, conservando manifestaciones de distintos estilos, siendo el único templo segoviano con restos de estilo califal.

Sorprende la altura de la nave principal, rematada por un ábside semicircular y una elegante techumbre de madera, así como las bóvedas y ventanas mudéjares en ladrillo de las capillas laterales.

Torreón del Castillo

Es uno de los últimos vestigios del castillo que protegía el acceso norte y fue habitado por los condes de San Esteban. Sufrió los despiadados efectos de numerosos rayos que han derribado parte de sus muros. Aún se aprecian la disposición cuadrada de este baluarte, en cuyo subsuelo existe un aljibe.

Ermita de la Veracruz

Nacida como parroquia quedó “reducida a mera ermita en la que se oficiaba misa todas las fiestas de la Cruz y de Apóstol” afirmaba Don Bartolomé de Alba en el s. XVIII en una visita pastoral. Declarada Monumento Nacional en 1924, esta sencilla ermita templaria sorprendió al mundo por albergar uno de los mejores conjuntos de frescos románicos castellanos. En 1950 la construcción del embalse dio lugar a su expropiación y obligó a trasladar los frescos al Museo del Prado, quedando unas débiles improntas en los muros, apreciadas como un tesoro por los vecinos.

A salvo unas pinturas románicas
Img/Ical. Cedida por el Museo del Prado.