La iglesia del Seminario albergó ayer, 2 de octubre, la misa de acción de gracias por la Jornada Mundial de la Juventud. Alrededor de trescientas personas se dieron cita para recordar ese grato acontecimiento del que formaron parte. Familias de acogida, voluntarios y jóvenes procedentes de toda la diócesis no quisieron perder la oportunidad de participar en esta Eucaristía presidida por el obispo de Segovia Ángel Rubio, que dedicó unas lecturas a la juventud. “No viven con agresividad su fe, una fe incluso en casos y ocasiones en ciernes, con vacilaciones, con dudas, con incoherencias, sino que la muestran con la frescura, la fuerza, el dinamismo y la belleza de la juventud”. Precisamente, recordó el obispo, para fortalecer esa fe la Iglesia lanza iniciativas de este tipo con vistas a que los jóvenes se arraiguen en Cristo como decía el lema de la JMJ y construyan su existencia desde Jesucristo que es la piedra angular.
Este gran evento eclesial debe «alentar la pastoral juvenil de la diócesis: nuestra pastoral juvenil en Segovia tiene tras la JMJ 2011 en Madrid un antes y un después, cuanta con el aval incalculable de la gracia del cenáculo de Cibeles y Cuatro vientos y ahora ha de tener el reto de hacerlo llegar a todos los rincones», destacó el prelado.
Después de la misa los asistentes tuvieron la oportunidad de ver un vídeo en donde se recogían los momentos centrales de los actos organizados con motivo de la JMJ y de compartir recuerdos de todo lo vivido en esos días. Un refresco puso fin a la tarde de convivencia.