Si todavía no has visitado este pueblo, te estás perdiendo uno de los atractivos de la provincia, viajar al pasado entre lajas de pizarra, rodeado de tranquilidad.
Su población no llega a 20 habitantes censados y, sin embargo, atrae como pocos la mirada de los viajeros más curiosos.
Considerado como uno de los mejores ejemplos de los Pueblos Negros, su arquitectura es única con calles, tejados y casas de pizarra.
Un pueblo de cuento… y de pizarra
Autenticidad, relax, esencia e historia viene a ser lo mismo que hablar de El Muyo.
«Tanto paredes como tejados están hechos con lajas de pizarra. Los curiosos pórticos de
entrada, así como los vanos de las ventanas y los hornos de las casas son otros elementos arquitectónicos muy llamativos», resalta Segovia Turismo.
La historia de El Muyo se remonta a siglos atrás. La primera noticia escrita que se tiene de este pueblo data del año 1353. Así, «aparece en la estadística de iglesias de la diócesis de Sigüenza, como perteneciente al Arciprestazgo de Ayllón la eglesia del Muyo es un beneficio curado e riende 70 mrs (maravedies)».
Eclesiásticamente, El Muyo perteneció a la diócesis de Sigüenza, hasta que pasó a la de diócesis de Segovia en 1953.
Es muy conocida la cruz procesional de plata que acoge la iglesia de San Cornelio y San Cipriano.
El templo, de estilo renacentista, conserva en su interior una cruz procesional de plata que está datada a mediados del siglo XVI. Esta cruz se mostró en 2003 en la exposición de la Fundación Las Edades del Hombre en la Catedral de Segovia.