Los agentes del SEPRONA localizaron en la comarca de la Sierra a dos caballos que presentaban graves heridas en sus patas. El origen de las lesiones era que ambos habían sido maniatados por su propietario para limitar su desplazamiento.
Las cuerdas usadas eran las que se emplean para atar pacas de paja y estaban colocadas sobre las extremidades tanto delanteras como traseras de los animales, lo que les provocó varios cortes.
Uno de los animales, una yegua a la que encontraron tumbada, no podía levantarse a causa de las lesiones producidas. Tuvo que ser sacrificada ante la imposibilidad de su recuperación y para evitar que sufriera de forma innecesaria. El otro ejemplar era un caballo que cojeaba por los mismos motivos.
Después de haber localizado al propietario, se le requirió para que liberase a los animales de las ataduras y para que se hiciera cargo de los tratamientos veterinarios necesarios para curarlos.
Por todo ello, la Unidad del SEPRONA procedió a la investigación del propietario de los caballos como presunto autor de un delito de maltrato animal. Una vez finalizados los trámites de la investigación, toda la información recabada sobre el caso se envió al Juzgado de Instrucción de Segovia.
También se formularon varias denuncias contra el propietario por infracciones en materia de Sanidad Animal. Estas denuncias se enviaron al Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León.
Como en tantas otras ocasiones, en este caso ha sido fundamental la colaboración ciudadana, ya que fue el aviso de unos vecinos el que puso en alerta a los agentes de la Guardia Civil. Gracias a ello se pudo llevar a cabo esta actuación.