Se le conocía como “el prícipe de la moda” del siglo pasado. Su nombre Yves Saint Laurent, su ciudad París y su símbolo: el esmoquin.
El tercer aniversario de su muerte se fechó el pasado 1 de junio. A la edad de 71 años abandonaba esta vida hace más de 900 días, pero dejaba en ella su indiscutible legado. Tres años después se le sigue rindiendo homenaje, y no es para menos.
Pocos saben que nació en Argelia y fue el único varón entre sus dos hermanas, estudiante de derecho por obligación paterna, en seguida dejó florecer su faceta sensible y artística característica del mundo de la moda, y hasta París se trasladó para formarse académicamente. Fue al poco tiempo cuando Christian Dior (CD) quedó prendado de su maestría y lo adoptó como su pupilo. De ahí que se le denomine El Príncipe de l Moda ya que fue su maestro CD quién lo apodo de esta manera.
¿Qué hemos heredado de YSL?
En la 1966 introdujo el corte esmoquin en todas sus variantes, vistió la figura femenina con rectas sobrias pero elegantes, llenando la pasarela de blazers/americanas, y vestidos largos con infinitos escotes en la espalda que sería su símbolo más permanente. Sin embargo su target no fue la eterna figura femenina joven, de extrema delgadez y piel como la nieve. Más bien al contrario, Yves se lanzó al reto de vestir de manera indiscutiblemente elegante y llenas de clase y distinción: entre ellas Elizabeth Taylor que lució en su boda con Richard Burton un modelo del gran YSL, como Marlene Dietrich, Sofía Loren y Catherine Deneuve, entre otras grandes estrellas tuvieron el gran lujo de poder vestir con estas fabulosas prendas.
Además influyó en las nuevas formas publicitarias llegando a posar desnudo ante la cámara de Jean-Loup Sieff para su perfume. Y como no podía ser de otra manera, el genio de la alta costura, en el año 1983, pudo inaugurar en el Museo una exposición en el Metropolitan Museum de New York homenajeando a sus creaciones.
Su particular visión de la vida, su miedo al fracaso y su potencial llevado al extremo hicieron que Yves Saint Laurent sucumbiera a una adicción a los somníferos y calmantes as pesar de poseer el galardón Oscar Neiman Marcus de la Costura del 58, el Oscar Harper’s Bazaar en el año 66 y la Legíon de Honor que le fue otorgada por el presidente francés François Mitterrand. Y es que los grandes genios, sin saber muy bien por qué siempre sufrieron de inseguridades. Quizás lo que más le apenaba fue la idea que expresó hace pocos años: “Lo único que lamento es no haber inventado los pantalones vaqueros”.