Segovia ha reforzado los lazos con Gran Canaria gracias al viaje anual que un grupo de la Asociación de Andariegos Segovianos ha realizado en la última semana a esa isla, con ocasión del XXVI aniversario del hermanamiento con la localidad de San Bartolomé de Tirajana. Gracias a lo que medio centenar de segovianos han tenido la oportunidad de descubrir gran parte de la isla y adentrarse en la gastronomía y la cultura canarias.

Además de las visitas obligadas a Teror, San Bartolomé de Tirajana o Santa Lucía de Tirajana, este año se han sumado varios municipios situados en el norte de la isla que los segovianos han podido visitar por primera vez, como la villa de Artenara, Gáldar o Tejeda.

Un intenso viaje que les ha permitido visitar lugares emblemáticos como: el faro o el parque Tony Gallardo de Maspalomas, el museo de José Sarmiento en el Tablero, las salinas de Pozo Izquierdo o el museo de Zafra en Vecindario, la fábrica de ron Arehucas, las casas cuevas de Artenara o la Cueva Pintada de Gáldar.

Este hermanamiento se celebra desde hace tres décadas y, este año, el grupo de segovianos que han integrado este año la expedición, no faltaron tampoco a otras dos citas obligadas: el restaurante Miraflor de Teror, regentado por Eugenio y Toñi, dos personas imprescindibles para entender la historia de este hermanamiento; y la finca de otros dos grandes amigos de los segovianos en Gran Canaria, Juan y Cuqui, en el impresionante paraje de los llanos de Pedro Alfonso.

Cena de Alimentos de Segovia

Además de todas estas visitas, la cita más importante volvió a ser la cena ofrecida en el aeroclub de Gran Canaria, que sirvió para promocionar los Alimentos de Segovia en la isla, gracias a la colaboración de la Diputación de Segovia.

Para la cena fue necesario trasladar hasta Canarias: 25 cochinillos de Tabladillo, treinta kilos de judiones de la Criba de Valseca, un jamón de Alimentos de Segovia calidad durot y doce cajas vino Redreja de Valtiendas.

Por su parte, el menú preparado por el segoviano, Dionisio Soto, hizo las delicias de los dos centenares de asistentes a la cena en la que no faltó el tradicional acto de trinchado de los cochinillos segovianos.