El CRA ‘El Pizarral’ de Santa María la Real de Nieva ha sido uno los centros que ha obtenido el sello ambiental ‘Centro Educativo Sostenible’ de Castilla y León.

Ayer, 6 de junio, los consejeros de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y de Educación, Rocío Lucas, han entregado a 28 colegios e institutos de la Comunidad dicho reconocimiento correspondiente a los cursos 2020-2021 y 2021-2022. Con las distinciones entregadas hoy, Castilla y León cuenta ya con 72 centros con esta distinción.

Este sello ambiental responde a la II Estrategia de Educación Ambiental de Castilla y León 2016-2020 para incorporar la educación ambiental en el programa curricular de los centros de educación de la Comunidad tanto públicos como privados. Esta distinción tiene como objetivo otorgar un reconocimiento público a los centros docentes no universitarios que desarrollan iniciativas de ambientalización integral del centro, basadas en la educación y la gestión ambiental.

Este reconocimiento impulsa la participación del alumnado, la utilización de metodologías activas, la adecuación a los distintos niveles educativos y la implicación de toda la comunidad educativa.

Suárez-Quiñones ha reiterado el compromiso de su consejería para proporcionar seguimiento y apoyo a los 72 centros ya acreditados, conformar una red de centros escolares acreditados con el sello ambiental, y alcanzar los 150 centros reconocidos al final de la legislatura.

Requisitos para obtener el ‘sello ambiental’

Para la obtención los centros docentes no universitarios de Castilla y León, públicos y privados, deberán cumplir una serie de requisitos, entre ellos, desarrollar un programa de educación ambiental, disponer de un programa de gestión ambiental y asumir los compromisos de difusión de las memorias sobre sus actividades, en los términos recogidos por la norma.

El programa de educación ambiental deberá estar aprobado por el claustro de profesores y por el Consejo Escolar o estar incluido en la programación general o en el proyecto educativo del centro y haberse ejecutado durante, al menos, los últimos dos años previos a la solicitud del sello.

Además, debe integrar las actividades de experiencia y contacto directo con el entorno, con el conocimiento y la realización de acciones para su conservación y mejora. De esta manera, se fomentan tanto los aspectos afectivos, como los cognitivos, y se capacita al alumnado para afrontar los retos de sostenibilidad del futuro.

Sobre la gestión ambiental, el programa deberá tener en cuenta los principales impactos en el centro de aspectos como el agua, la energía, los residuos y las emisiones a la atmósfera, deberá contar con indicadores de seguimiento y un plan de mejora para paliar las consecuencias más importantes o de más fácil solución e implantar medidas que incrementen la sostenibilidad y la calidad de vida de la comunidad educativa.