Artículo de Sergio Calleja, profesor de los Maristas de Segovia:
Comenzamos el curso con las mismas medidas y los mismos protocolos que el curso anterior. Pero con mayor esperanza, con otra mirada.
Comenzamos el curso con el mismo metro y medio con el que terminamos. Pero confiando en que los centímetros se irían reduciendo.
Comenzamos el curso con la mascarilla, también en espacios abiertos (en los colegios en ningún momento nos hemos quitado la mascarilla). Pero con la ilusión de que estaba cerca el final.
Comenzamos el curso con medidores de CO2, geles, ventanas abiertas y sala covid. Pero con la esperanza de que pronto se cerrarían las ventanas y la sala.
Comenzamos el curso atreviéndonos a programar ilusionadas actividades que desaparecieron, convencidos de que se podrían llevar a cabo a lo largo del trimestre.
Comenzamos el curso con las ganas y el entusiasmo de recuperar lo perdido. Convencidos de que este era el curso de curar cicatrices, reestablecer lazos y reencontrarnos con el primer amor.
Pero la sexta ola nos vuelve a dar un baño de realidad. La sexta ola vuelve a ahogar las esperanzas de la comunidad educativa. La sexta ola llega al final del trimestre arrasando con lo programado y lo soñado.
Nos vamos de vacaciones con el ascenso de la incidencia y con titulares poco halagüeños, aulas en cuarentena, niños confinados, cifras altas de positivos, de contactos estrechos… no es el final con el que soñábamos.
Sentir que volvemos a la casilla de salida hace que terminemos el trimestre con silencios, miedos, temores y con el agotamiento de seguir dando pasos hacia una normalidad que parece que no llega. Escribía Glora Fuertes que estar haciendo un viaje sin llegada cansa mucho los nervios. Así es.
Querido compañero profesor, una vez más, enhorabuena por tu trabajo. Sigue cuidando y cuidándote. A por la recta final.