En el marco del fin de semana del Black Friday, este viernes y sábado una veintena de grupos locales de voluntariado de Greenpeace han salido a la calle, a las principales arterias del consumismo de numerosas ciudades de toda España, para denunciar que el “ viernes negro” está agotando los recursos del planeta, destruyendo hábitats y generando emisiones de gases con efecto invernadero.
Los voluntarios y voluntarias de Greenpeace se han dejado ver en centros y calles comerciales en las que operan las grandes cadenas de moda y tecnología de A Coruña, Alicante, Barcelona, Santiago de Compostela, Palma de Mallorca, Pamplona, Vigo, Almería, Bilbao, Cádiz, León, Málaga, Oviedo, Sevilla, Tarazona, Valencia, Vilanova i la Geltrú, Vitoria-Gasteiz, Zaragoza y Madrid.
El voluntariado de Greenpeace ha accedido al interior de numerosos establecimientos de grandes cadenas para añadir una etiqueta más a decenas de productos con la frase “Si no lo necesitas, no lo compres”, con la intención de informar a las personas consumidoras de que existen otras alternativas al consumo superfluo, como la reparación, la reutilización, el intercambio o la compra local y de proximidad, mucho más sostenibles.
Al mismo tiempo, blandiendo pancartas con lemas como “Sin stock, planeta agotado”, “No te dejes engañar por las ofertas” o “Repara, reutiliza, intercambia”, han escenificado a las puertas de grandes cadenas diferentes escenarios de una emergencia planetaria, para denunciar los efectos que fechas consumistas como el Black Friday tienen sobre el planeta: deforestación, pérdida de biodiversidad, contaminación del aire y del suelo, extracción de materias primas y alteración del suelo y disminución de la cantidad y calidad del agua. El consumismo es la combinación de factores perfecta para acelerar aún más la crisis climática actual y la pérdida de biodiversidad.
Desde 2015, las ventas durante los días que actualmente dura el Black Friday han aumentado un 10-20 % cada año, incrementándose también de forma exponencial las compras online, que originan numerosas emisiones de gases con efecto invernadero con el transporte de los productos y numerosos desechos no reciclables como plásticos procedentes del embalaje. Esto provoca graves consecuencias en el medio ambiente como la destrucción de hábitats, contaminación, malgasto de recursos y energía y la generación de ingentes cantidades de residuos.
El Black Friday representa el pico de consumo en la sociedad consumista, especialmente en las ciudades, pues hoy día el 55 % de la población mundial vive en zonas urbanas y se espera que esta cifra aumente hasta casi el 70 % en 2050. El consumo en las ciudades está relacionado con el 70 % de todas las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Por ello, Greenpeace recalca que «las ciudades, las empresas y las personas tienen que cambiar para conseguir frenar estas emisiones y dar una oportunidad a las generaciones futuras.»