Hablar de descenso es sinónimo del Sella, pero hay alternativas acuáticas a la vuelta de la esquina para pasar un buen rato, al aire libre en tiempos de pandemia y sin salir de la provincia, en la frontera entre Palencia y Burgos, con el río Arlanzón y la localidad de Villodrigo.
La apuesta se centra en el Descenso del Arlanzón, con una longitud de 8,4 kilómetros, que comienza en el cauce de Villodrigo hasta Palenzuela. Tras finalizar, una furgoneta recoge y traslada a los asistentes, de nuevo, hasta el punto de origen, donde se les ofrece un refrigerio, afirma en declaraciones a la Agencia Ical la gerente de Vega del Arlanzón Aventuras, Ana María Simancas.
En el río hay tiempo para todo y para todos, ya que hay personas que compiten en llegar el primero, mientras que otros deciden parar para bañarse y tirarse de la canoa o relajarse y disfrutar del paisaje, agrega.
Aunque suene complicado, el descenso “es fácil”. “El caudal del río baja mucho en julio y agosto, aunque existe algo de corriente en ciertas zonas para ayudar a descender en unos rápidos muy pequeños. Poca cosa, más que nada ayuda a seguir el recorrido”. A mayores, apunta a la Agencia Ical que el trayecto posee zonas más reposadas en las que hay que tirar de remo y en las que cada uno se puede bañar si lo desea.
Grupos y horarios
Las canoas son de dos personas, aunque se pueden montar tres en el caso de que sea un niño pequeño y quiera ir en la parte central con sus padres. Aclara que lo normal es que bajen en parejas, aunque hay veces que se presentan grupos impares, por lo que hay opción a canoas individuales.
Simancas puntualiza que la media de tiempo del recorrido es de algo de más de dos horas, pero todo depende de cada usuario. Las reservas se dividen en turno de mañana y de tarde, siendo las 15 y las 20 horas el margen total para permanecer en el río, con comienzos a las 11 y las 16.30 horas. Todo ello con reservas en https://www.lacasonadevillodrigo.com/descenso-en-canoa-por-el-arlanzon.
La gerente subraya que están teniendo gran aceptación, dado que comenzaron el año pasado. Y es que, deja claro que el COVID-19 les ha beneficiado por el tema de ser una actividad al aire libre, sin peligros y preocupaciones, con reservas de grupos de gente que hasta repite, apostilla a la Agencia Ical.