Uno de los vecino más ilustres de Segovia, Tomás Urrialde, ha obtenido el homenaje que se merece. Uno de los cocineros más reconocidos de nuestra ciudad cuenta ya con un espacio dedicado a su memoria.
Nacido entre fogones y dedicado en cuerpo y alma al mundo gastronómico, fue con 25 años, el jefe de cocina más joven de España en el Mesón Cándido, donde trabajó junto con el Mesonero Mayor de Castilla durante 42 años, para más tarde pasar a dirigir la Cocina del Hotel Los Arcos durante casi otro decenio, ejerciendo su magisterio hasta que se jubiló. Una vida dedicada al deleite del paladar que empezaba a los 14 años y duró hasta el 1 de abril de este año, día en el que el maestro nos dejó.
El Alcalde de Segovia, Pedro Arahuetes, recordó la imagen tan peculiar y personal de Tomás «el andar bonachón, sus grandes bigotes y barba, vestido con su sempiterno traje de pana y abrigo de visón y tocado de una chapela negra que recordaba sus ancestros vascos»
Agasajado por su afán innovador, por ser fundador de la Asociación de Cocineros Segovianos, la más antigua del país, y cofundador en los años setenta de la Asociación Nacional de Cocineros de España; por ser referente de la cocina española y emblema de la segoviana y ser el defensor de un oficio olvidado, el de cocinero; ahora tenemos la oportunidad de recordarlo entre las calles Larga y Santa Isabel, en la antigua finca denominada de Casa Quemada, en el barrio de El Salvador, cerca de donde Tomás Urrialde vivió durante; en las que un monolito nos recordará su figura, la de un segoviano de bandera. Es el jardín Tomás Urrialde.
Cerró el acto uno de sus tres hijos, Rafael Urrialde, que recordó algunas de las cualidades de su padre. Pero sobre todo destacó el amor a la naturaleza y el hecho de que les inculcó el respeto a la Naturaleza. Además dijo que la ceremonia coincide con el día de cumpleaños de su madre, Rafaela, de la que enviudó Tomás Urrialde y tal día como hoy la llevaban al cementerio un ramo de rosas rojas, que hoy depositaron junto al monolito.
La decisión de dedicarle una calle fue adoptada con el voto favorable de los 24 concejales presentes en la sesión plenaria. Urrialde recibió el titulo de hijo predilecto de la ciudad de Segovia en noviembre de 2006 y la Medalla al Mérito en el trabajo en su categoría de plata en mayo de 2007.