El colectivo ya supera las 100.000 personas en nuestro país.

Víctor Loira padece enfermedad de Crohn, tiene 8 sedales perianales para drenar fístulas y porta una bolsa de ileostomía para recolectar heces. Está haciendo este reto porque las personas con enfermedad de Crohn y ostomizadas son invisibles ante la sociedad y, necesitan dejar de serlo.

Este pontevedrés de 47 años salió el viernes pasado de Marín (Pontevedra) pedaleando en su bicicleta, para recorrer 851 km hasta llegar a Guadalajara. Ya ha pasado por las provincias de Pontevedra, Orense, León y Palencia. Ayer llegó a Valladolid y esta mañana  continuará con la etapa que le llevará hasta Segovia. En la capital del acueducto le recibirá la Concejal de Deportes, Marían Rueda a las 14:30 horas en la puerta del Ayuntamiento. Loira está realizando este reto de 851 Kilómetros con unos objetivos muy claros:

Visibilizar a las personas ostomizadas y a las que padecen Enfermedades Inflamatorias Intestinales.

Sensibilizar a toda la sociedad de estas discapacidades orgánicas funcionales que siguen siendo invisibles y las dificultades que suponen vivir con ellas.

Transmitir la importancia de contar con una red de aseos adaptados a personas ostomizadas a nivel nacional, para poder normalizar la vida. A día de hoy solo hay 32 baños adaptados a personas con ostomías en toda España, de los que 28 están en Galicia.

Concienciar a las administraciones públicas y privadas de que se cubra la carencia de unidades de enfermeras estomaterapeutas, para todo el territorio español.

Víctor Loira asegura que las personas ostomizadas «Necesitamos el apoyo constante de un estomaterapeuta para poder seguir adelante porque, de poder ser una persona normal y autónoma, pasas a ser un inválido que no te atreves a salir de casa por sí se te despega la bolsa y sin tener baños adaptados».

La ostomía provoca en el paciente una agresión tanto física como psíquica, afectando a la imagen corporal, a su vida laboral, social, familiar, afectiva, sexual, a sus relaciones humanas a su capacidad funcional. En definitiva, a su calidad de vida. La aceptación de esta nueva situación supone un fuerte impacto emocional a su autoestima. Es por todo ello muy importante que el paciente tenga una atención continua en el tiempo en los ámbitos social, emocional y físico.

Es por todo lo anterior por lo que la asociación ASSEII de Pontevedra, con Víctor Loira a la cabeza, ostomizado y con enfermedad de Crohn, está realizando este reto. Y es que como él hay 100.000 personas que en España están ostomizadas y la cifra crece un 5% anualmente en personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos.

Víctor Loira llegará a Guadalajara el jueves 3 de octubre donde participará en las jornadas organizadas en el Hospital Universitario, con motivo del día mundial de la persona ostomizada, que se conmemora el 5 de octubre, una fecha que siempre coincide con el primer sábado del mes de octubre.

¿Qué son las ostomías?

Para resolver diferentes enfermedades intestinales o urológicas a algunas personas se les realiza una ostomía.

La ostomía no es una enfermedad, es una consecuencia de padecer enfermedades. La ostomía es un orificio en el abdomen realizado quirúrgicamente, por el que asoma el estoma, un trozo de tripa (intestino) que se introduce en una bolsa de recolección de heces u orina.  Las bolsas van directamente pegadas al abdomen y la salida de heces u orina no se puede controlar por carecer de esfínter.

Según datos de la Sociedad Española de Enfermería Experta en estomaterapia (SEDE) en España, 100.000 personas están ostomizadas y la cifra crece un 5% anualmente.

¿Por qué ahcen falta baños adaptados para personas con ostomías?

– Por higiene postural: Los ostomizados nos vemos obligados a agacharnos doblando la espalda para vaciar la bolsa en un váter y, no todas las personas pueden flexionar su espalda para esta operación. Además, se trata de una postura nada saludable, que a la larga derivará en complicaciones y lesiones de espalda con el consiguiente gasto sanitario. Otros ostomizados se arrodillan delante del váter, con lo que el vaciado de la bolsa resulta aún más humillante.

– Por higiene y salud de todos; sanos y enfermos: Cuando una persona ostomizada vacía la bolsa en un váter, se producen salpicaduras que son inevitables dada la altura del estoma con respecto al inodoro (el estoma está situado a la altura del ombligo). Además, los baños adaptados contemplan un enjuagador de bolsa. Las bolsas hay que enjuagarlas para mantener limpio el estoma y evitar irritaciones en la piel que rodea al estoma.
Los aseos públicos existentes no se adaptan a las necesidades de los ostomizados para poder realizar el vaciado, enjuagado y/o cambio de bolsa de forma higiénica y con intimidad.