El director del Museo de Segovia, Santiago Martínez, ha asegurado que “el tema de la adscripción”, del Acueducto, se “debe de reconsiderar” porque hay datos materiales tangibles, “con una secuencia estratífica muy clara”, que datan el monumento, con más probabilidad, “a partir del año 117 d.C, en pleno gobierno de Adriano”. Su compañero de investigación, Víctor Manuel Cabañero, sostuvo que esta fecha, abre el abanico de estudios sobre el siglo II.

El profesor Santiago Martínez afirmó que, están en condiciones, tras cuatro años de trabajo, de ratificar la afirmación realizada hace un año, sobre la nueva cronología del Acueducto de Segovia. Estos meses, explicó, les han servido para profundizar “en el análisis de los materiales procedentes de las excavaciones arqueológicas del Acueducto”.

El director del Museo de Segovia sostuvo que, el estudio de los análisis de los materiales de las excavaciones de 1998, “en su contexto arqueológico”, junto con todo el registro del material, “claramente asociado con una secuencia estratífica”, les lleva a esa cronología. El Acueducto se construyó, “a partir del año 112 d. C., y con mucha más probabilidad a partir del año 117 d. C, en pleno gobierno de Adriano”, sentenció Santiago Martínez.

El arqueólogo sostuvo que hay varias lineas de investigación relacionadas con el monumento romano. Una de ellas, fundamentada, en las análisis de las técnicas arquitectónicas usadas, pero que no “ha dado unas conclusiones generales”, que hayan sido admitidas, por su complejidad, “por todos los investigadores”.

Otra línea se basa en el análisis de las hipótesis relacionadas con la cartela monumental, que está en el Azoguejo, que propuso, una datación de finales del siglo I d. C. Martínez afirmó que, su equipo, aporta, a través del registro arqueológico, “datos materiales tangibles con una secuencia estratífica muy clara”. Insistió en que, no son, en ningún caso, “hipótesis fundamentadas en argumentos sometidos a muchas variaciones”. Se mostró tajante al afirmar que “el tema de la adscripción se debe de reconsiderar”.

Siglo II

Para su compañero de investigación este dato, que rejuvenece al Acueducto, “sí tiene consecuencias”, en el resto de estudios y análisis sobre Segovia como ciudad romana, y, especialmente sobre el siglo II de nuestra era.

Según el doctor en Historia Antigua y especialista en Arqueología Clásica, este siglo siempre queda un poco al margen, “al ser el siglo I el del esplendor”. Un momento clave porque, todas las ciudades del Duero, de la parte central oriental, “acceden a la municipalidad”.

El profesor Cabañero aseguró que, es muy interesante la inclusión del siglo II y del último tercio del siglo I, porque va a “suponer cuestiones importantes”. Recordó que Segovia como ciudad romana, cuando se construyó el Acueducto, ya tenía una monumentalidad.

El foro romano de Segovia

Cabañero quiso recordar que, el Acueducto, es “sólo el final del proceso de entrada del agua hasta la cima”. Insistió en que, ya publicó con Santiago Martínez, en 2014, la situación del foro de la ciudad romana de Segovia, en la zona de la plaza de Guevara y la plaza de la Rubia. Ambas situadas, en el actual casco histórico de la ciudad.

Santiago Martínez ahondó, en la misma línea, recordando que, ahora mismo no es visible, “está en el subsuelo” pero, que los restos arqueológicos del foro, son “de gran envergadura” y se trataría de “una parte lateral del foro” que se extendería en estas dos plazas, más la zona de la Trinidad y de la plaza del Potro.

Sostuvo que en Segovia, cualquier intervención arqueológica, “es susceptible de aparecer seguramente restos de la ciudad romana”. Expuso que “tendría unas 40 hectáreas” y que estuvo en funcionamiento desde el siglo I a.d.C.

Para Martínez, su culminación en la generación de lo que es el paisaje típicamente romano, con su municipalización, y “la construcción de su grandioso Acueducto”, es “en los primeros momentos del siglo II d. C. Apostó por no abrir “áreas arqueológicas” en el casco urbano de la ciudad, sino “aprovechar el conjunto de obras que hagan”, para profundizar, “en la investigación de las etapas mas antiguas de ocupación de la ciudad.

Ordenanza

Tras la ponencia de los expertos en Arqueología, también intervinieron los arquitectos municipales, Manuel Marcos y Esther Trilla. Marcos sostuvo que, los 25 años transcurridos desde el corte de tráfico bajo el Acueducto, han sido muy intensos y con profesionales de primer nivel, como la obra de Francisco Jurado y Geocisa, que se extendió durante una década, con estudios de vibraciones o del clima,

El siguiente paso, aseguró Marcos, será la próxima aprobación de la Ordenanza del entorno del Acueducto. Reconoció que, aún “con pocas sugerencias ciudadanas”, pero al final, será “un debate fructífero”. Una ordenanza que, no es, insistió, una norma que apruebe el Ayuntamiento, sino que “nos damos todos”.

El arquitecto municipal declaró que hay una preocupación porque hay prácticas todavía que son adecuadas, “los jóvenes suben o los perros hacen pis”. Con la ordenanza se logrará una sensibilización, para educar y para defenderlo, “de una forma legal, con multas y sanciones para los que no se comporten”.

El Ayuntamiento también trabaja en la nueva ordenación de la plaza Oriental y de la zona de la calle Gascos. Manuel Marcos declaró que, a lo largo de estos años, se han hechos “pequeñas acciones”, no “grandísimos proyectos”. Por su parte, la arquitecta, Esther Trillas, reiteró la importancia de revisar, la ubicación de determinado tipo de de mobiliario, que se puede “considerar de impacto visual negativo”, en el entorno hacia el monumento.

Imagen: Eduardo Margareto/ ICAL