La última visita guiada del ciclo ‘Viajero, yo te enseñaré Segovia’ recaló en Navafría para visitar la iglesia de San Lorenzo y el martinete, un ingenio hidráulico medieval que aprovecha la fuerza del río Cega para entrar en funcionamiento, para más tarde trasladarse a Collado Hermoso, donde poder contemplar, entre otros atractivos, los restos de lo que fue el Monasterio de Santa María de la Sierra, majestuoso edificio cisterciense.
Eva Torres y Begoña Horcajo fueron las guías que descubrieron todos los detalles de estos enclaves serranos, revelando, para empezar, que el martinete y la fundición de cobre de Navafría es un conjunto de herramientas para la fabricación de calderos de cobre y otros enseres, integrado por el edificio, la maquinaria o martinete propiamente dicho, la fundición y el sistema de captación de agua. El de Navafría, tal y como explicaron, es el único martinete que se conserva en Europa para batir el cobre.
Los visitantes pudieron escuchar de nuevo el acompasado sonido del golpeteo de esta ancestral máquina, un martillo pilón que cobra vida movido por una rueda hidráulica contra la pieza de metal y el yunque, gracias a la cortesía de Eric Abán, descendiente de aquel Victoriano Aban referente de la dinastía de caldereros con martinete asentados en Navafría desde 1708.
Por lo que respecta a Collado Hermoso, los participantes en la iniciativa turística de la Diputación aprendieron que los restos del Monasterio constituyen la obra más importante del lugar. Ésta, que fue reedificada en el siglo XIII al convertirse en 1212 en abadía cisterciense, se remonta al año 1133, cuando se establecieron allí los benedictinos con la ayuda de Alfonso VII.
A la época cisterciense corresponden los restos arquitectónicos de icónicos arcos ojivales, bóvedas de cañón apuntadas y un rosetón en la fachada principal que el Monasterio conserva. A mediados del siglo XVIII, cuando empezaron a hundirse los muros, ya que sólo lo habitaban dos monjes, comenzó su decadencia y la Desamortización terminó haciendo el resto.
Tal y como las guías hicieron saber a los visitantes, sus ruinas fueron declaradas Monumento Histórico-Artístico en 1931 y los restos del templo forman parte de la empresa de textiles de calidad Ábbatte, que integraba la visita dentro de otro de los objetivos que persigue la actividad, que es el de promocionar y difundir el comercio, la industria y la hostelería de las diferentes zonas. Por ello a los participantes también se les facilitó un listado de los distintos establecimientos que integran la zona en un radio de veinte kilómetros.
La iniciativa ‘Viajero yo te enseñaré Segovia’, además de favorecer el comercio local, trata de potenciar y poner en valor la labor de los guías turísticos oficiales de la provincia, expertos conocedores de todos sus secretos y recursos históricos, arqueológicos, monumentales, paisajísticos o museísticos y que están oficialmente cualificados para mostrarlos.
La próxima visita guiada del ciclo está programada para el próximo sábado 14 de noviembre y hará un recorrido por la arquitectura serrana y medieval de Riaza y Ayllón. La plaza porticada y todavía coso taurino de la villa riazana recibirá a los visitantes, que se desplazarán después a contemplar el santuario de Nuestra Señora del Manto. Más tarde, la expedición viajará al ambiente medieval de Ayllón, iniciando la visita en el arco que preside la villa junto al puente románico a orillas del Aguisejo, para adentrarse a continuación en el casco antiguo con sus empedrados y casas blasonadas.
La petición de reservas puede tramitarse enviando un correo electrónico a la dirección yoteensenaresegovia@gmail.com. La inscripción es de tres euros y los desplazamientos al lugar de partida de la visita deben hacerse en coche particular. Hay que tener en cuenta que, ante las nuevas restricciones de movilidad, los grupos se reducen a un número de cinco personas más el guía, como ocurrió en esta pasada visita, en lugar de diez como en semanas anteriores.