La consejera de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, afirmó hoy que la vacuna de AstraZeneca, que es la que ella se pondrá, es segura, a la vez que calificó de “tranquilizador” el informe de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Según resaltó, en el estudio se pone de manifiesto que los trompos son un efecto secundario muy raro y con una probabilidad de entre tres y cuatro casos por cada millón de dosis, especialmente entre las mujeres menores de sesenta años y en las dos primeras semanas después de recibir la vacuna.

Además, sobre las personas que ya han recibido la primera dosis con AstraZeneca y que, a partir del 5 de mayo, deberían recibir la segunda dosis en la Comunidad, la consejera explicó que el asunto está en manos de la Comisión de Salud Pública. También indicó que se está a la espera de conocer los resultados de varios estudios como uno realizado en Reino Unido sobre 800.000 personas que ya han recibido las dos dosis para tomar una decisión.

En este sentido subrayó que con una sola dosis la inmunidad de AstraZeneca alcanza el 70 por ciento e indicó que las opciones que ahora se contemplan son la de inocular una sola dosis, alargar el tiempo para poner la segunda o combinar vacunas, “aunque todavía no existe un criterio científico claro”.

Casado, que esta mañana fue entrevistada en Onda Cero por Carlos Alsina, reconoció que ayer la Consejería de Sanidad disponía de la misma información que el resto de comunidades y de países sobre el dictamen que estaba elaborando la EMA, y del que se había filtrado que podía haber relación entre la vacuna y la aparición de trombos.

La consejera indicó que a primera hora de la mañana analizó la información con el grupo de vacunación de su departamento y siendo consciente de que ayer había citadas 8.000 personas para ser inoculadas con dosis AstraZeneca, tomó la decisión de suspender la vacunación ante las “dudas razonables” que existían sobre los efectos secundarios y teniendo en cuenta que el “principio de prudencia debe de estar por encima de todas las cosas”.

Después, según explicó Casado, llamó a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, para plantearle sus dudas y proponerla la paralización hasta conocer el dictamen de la EMA, a lo que la ministra la respondió que la organización de la vacunación era una competencia de la Comunidad. Además, puntualizó que mantuvo dos conversaciones en Darias y que en ninguna le transmitió su malestar por la decisión.

En este sentido, consideró injustificadas las críticas posteriores realizadas por la vicepresidenta Carmen Calvo, dado que “nosotros no hemos cambiado la estrategia de vacunación”, y aseguró que se trató de una decisión ante una “duda razonable” y similar a la adoptada hace unas semanas cuando se bloqueó un lote de AstraZeneca. “Si hay alguna duda con cualquier medicamento, la seguridad del paciente siempre debe primar hasta que se aclaren los riegos”, afirmó.

A su vez, la consejera argumentó que dado que los estudios están demostrando que la mayor parte de la mortalidad del COVID se registran en personas mayores de 60 años y que la vacuna de AstraZeneca produce efectos secundarios en menores de esta edad, se tomó la decisión de cambiar la estrategia.

Investigadores

Casado recalcó se trata de una vacuna “segura” aunque ahora, al extenderla a millones de personas, se haya descubierto un efecto secundario que no esta descrito en la primera fase. “El informe de la EMA no me genera dudas y todos los investigadores coinciden en que hay que seguir vacunando, dado que el riesgo de sufrir la enfermedad es mucho mayor que el riesgo de vacunarse”, afirmó.

La consejera subrayó que el objetivo es vacunar a todo el mundo, empezando por la gente de más edad, por lo que ahora mismo “nos urge menos” vacunar a menores de 60. No obstante, Casado reivindicó la llegada de más vacunas y aseguró que con 150.000 dosis semanales antes de verano estaría inmunizada toda la población de Castilla y León.