Un 9,53 por ciento del alumnado de Primaria en España admite haberse sentido acosado, es decir, casi uno de cada diez, mientras que un 9,2 por ciento asegura haber sufrido ciberacoso. Por otra parte, el 4,58 por ciento reconoce haber acosado alguna vez a un compañero y el 4,62, ciberacosado a una persona. Así lo constata el primer Estudio Estatal de la Convivencia Escolar en Educación Primaria, presentado en el Pleno del Observatorio Estatal de la Convivencia Escolar en el Ministerio de Educación y Formación Profesional.
El informe, elaborado con datos de más de 37.000 alumnos, docentes, familias, equipos directivos y de orientación, es el mayor estudio realizado en este ámbito. Entre las familias, el 7,7 por ciento afirma que cree que su hijo ha sido acosado. Cuando han presenciado una situación de acoso, el 30,9 por ciento de los alumnos y alumnas indica habérselo comunicado a un profesor, uno de cada cinco a un familiar y el 14,8 a un compañero.
El informe sobre Convivencia Escolar en Educación Primaria, dirigido por Juan Carlos Torrego, de la Universidad de Alcalá, y elaborado a petición del Ministerio, destaca, sin embargo en líneas generales, el “buen clima escolar en esta etapa”. Recoge, a través de cuestionarios, las perspectivas del alumnado, el profesorado, los equipos de Orientación Educativa, los equipos directivos y las familias en torno a tres cuestiones: la calidad de la convivencia, los obstáculos a la convivencia y las condiciones para construir la convivencia. Las valoraciones de los cinco grupos respecto a la calidad global de la convivencia son positivas, con puntuaciones medias por encima de los 8,19 puntos sobre un total de 10.
El colectivo con una mayor valoración global es el alumnado, con una media de 9,24. En particular, los escolares destacan la calidad de la relación entre familia y escuela (9,41) y de la relación entre docentes y alumnos (8,86). La dimensión con menor puntuación es la relación con los propios compañeros, aunque se mantiene en valores muy positivo (8,38).
Respecto al análisis de las condiciones para construir la convivencia, el informe resalta la valoración general positiva que hace tanto el alumnado como las familias de las habilidades de sus profesores para crear esas buenas condiciones, con medias que superan los 7 puntos sobre 10 en todas las dimensiones.
Entre el profesorado, el estudio detecta una demanda de mayor formación (una de las dimensiones con la puntuación más baja es la de ‘Herramientas de detección’), en línea con la política promovida por el Ministerio.
Por otra parte, el 55,1 por ciento de los equipos directivos y el 51,8 de los integrantes de estructuras de orientación entrevistados señalan que sus centros cuentan con programas de Mediación Escolar y el 37,1 y 33,7 por ciento, respectivamente, señalan que cuentan con programa de Alumnado Ayudante de convivencia.
Por último, el informe realiza una serie de propuestas educativas para mejorar la convivencia, como elaborar las normas de convivencia de aula con la participación del alumnado, intensificar la formación inicial y continua del profesorado o agilizar la carga burocrática en la gestión de la convivencia escolar en los centros educativos.
En sus conclusiones, el estudio recuerda que mantener una buena convivencia escolar “incide directamente en la calidad educativa, mejorando el rendimiento académico, el bienestar y la autoestima de los estudiantes y previniendo diferentes expresiones de violencia como el acoso escolar”.
El estudio ofrece así un diagnóstico global de la convivencia en Educación Primaria y completa el Estudio Estatal de la Convivencia Escolar en Educación Secundaria Obligatoria, realizado en 2010 con casi 30.000 profesores y alumnos.