El Doctor en Historia y Catedrático, Antonio Ruiz Hernando, firma este ejemplar, el número diecinueve de la colección ‘Segovia al paso’, que repasa la historia del edifico del Convento Hospital de San Juan de Dios y que fue presentado este miércoles de forma digital por el autor y por el diputado del Área de Cultura, Juventud y Deportes, José María Bravo.

“Es una colección mítica que reúne monográficos de diferente índole y que en esta ocasión viene muy a colación, ya que quienes ahora mismo están utilizando el convento, las monjas franciscanas, dejan las instalaciones y se reubican en Salamanca”, afirmaba el diputado sobre la publicación, lamentando al mismo tiempo que otro edificio histórico de Segovia vaya a quedar vacío de nuevo.

Para Antonio Ruiz, el libro, de 67 páginas, es idóneo para el momento actual, no sólo por el argumento aportado por el diputado, sino también por el hecho de que repasa brevemente -y en un formato reducido y apto para bolsillos- la Historia de un edificio que “surgió como una defensa ante lo que se podría llamar en cierto modo una pandemia, en 1599, cuando hubo una peste brutal que aniquiló a un alto porcentaje de personas”, afirmaba Ruiz.

El académico procedía entonces a relatar cómo un individuo llamado Diego López, según la bibliografía consultada de Diego de Colmenares, decidió unirse a la congregación recién fundada de los hermanos de San Juan de Dios, establecer una sede en Segovia y comenzar a recoger a personas enfermas y apestadas de las calles y llevarlas hasta el hospital; algo que, tal y como explicaba Antonio Ruiz, entonces también “recibía las quejas de los vecinos, quienes consideraban que podrían enfermar”.

Durante la presentación del libro, el catedrático, quien destacaba como curiosidades de la construcción la interesante capilla con la que cuenta el edificio, que podría ser de Pedro de Brizuela –“el mejor arquitecto de la Segovia del siglo diecisiete”-, así como su patio asemejado a una corrala de Madrid, revelaba después cómo, transcurrido un tiempo, el hospital había pasado a pertenecer a la cofradía de los Esclavos de Nuestra Señora de la Soledad, cuya asentación en el edificio queda narrada en el segundo capítulo de ‘El convento hospital de San Juan de Dios en Segovia’.

Un tercer capítulo, ‘El convento de Santa Isabel. El Espinar’, en el que Antonio Ruiz cuenta cómo las franciscanas de tercera orden instaladas en El Espinar se vieron obligadas a buscar un nuevo refugio tras la Desamortización del siglo XIX y, después de distintas vicisitudes, terminaron adquiriendo el convento de San Juan de Dios que había quedado desierto y que a día de hoy aún ocupan, precede a un último capítulo en el que el autor expone con mayor detalle cuestiones arquitectónicas sobre el edificio, la iglesia y la capilla de la Soledad.

“Es un libro para poder llevar en un bolsillo; un libro que está en relación con el convento, ambos son pequeños” bromeaba Antonio Ruiz, quien considera que aquel que lo adquiera, por tan sólo 7 euros, podrá “enterarse aproximadamente de qué ha significado ese edificio, cuál es su Historia, qué importancia tiene y qué se puede ver”.

“Primero fue un hospital, acogió a una cofradía poderosísima como es la Esclavitud de la Soledad, a mediados del siglo diecinueve estuvo cerrado y después fue sede de diversas instituciones antes de que las monjas franciscanas que ahora lo habitan lo comprasen”, resumía Antonio Ruiz refiriéndose a la Historia del edificio como “humilde y de escasa presencia personal; con pocos monjes y pocas monjas” y achacando el poco conocimiento público del mismo -como sucede con el patio interior de la Academia de Artillería, Sancti Spiritus o el Hospital de Convalecientes, entre otras construcciones segovianas- al pudor y el respeto de la gente.

“Antiguamente los portales estaban abiertos, pero, muchas veces, por pudor y por respeto uno no se atreve a pasar; si lo hiciéramos, nos podríamos sorprender por los patios bellísimos que hay en la ciudad y que van a permanecer desconocidos”, aseguraba Antonio Ruiz, quien concluía la presentación rompiendo una lanza a favor de la arquitectura del siglo XVII.

“El Convento Hospital de San Juan de Dios no llama la atención arquitectónicamente porque muchos conventos como éste fueron construidos en el siglo diecisiete y aquí la arquitectura de ese siglo no es muy llamativa porque todo el mundo está como embobado como el Románico, que es una belleza, pero hay otra arquitectura como la del Barroco que es sorprendente y muy bonita”, finalizaba el académico de San Quirce deseando que esta publicación, como sus precedentes en la colección, inviten a muchos segovianos a descubrir, al paso, su patrimonio desconocido.