La necrópolis celtibérica descubierta en un pueblo de la provincia de Segovia es objeto de estudio desde hace años gracias a las campañas de excavación de la ciudad celtibérica de Los Sampedros y su necrópolis de incineración.
Localizado en San Miguel de Bernuy, el proyecto ‘Oppidum de Los Sampedros’ cumplió el pasado verano su tercera campaña de excavaciones.
Así, se exploró el sistema defensivo de finales de la Primera Edad del Hierro, construido entre los siglos V y IV a.C., para defender el centro celtibérico que se desarrolló en el espacio de ocho hectáreas de Los Sampedros, una península elevada hasta 50 metros por encima del cauce del río Duratón.
La muralla cierra la única parte accesible de la península desde el páramo, conformado por un pequeño istmo de 100 metros de longitud.
Por su parte, la defensa consta de un foso de 13 metros de anchura y 6,5 de profundidad, que protegía la berma, una terraza sobre la que se elevó un amplísimo zócalo de 16 metros de anchura, conformado por cascote y revestido de adobe.
La anchura de la defensa, incluidos foso, berma, zócalo y rampa terrera alcanza los 32 metros de anchura, convirtiendo esta construcción en una de las fortificaciones de la época más impresionantes del valle del Duero.
En este sentido, los trabajos arqueológicos se centraron en el desescombro del foso y la muralla, lo que ha permitió identificar una puerta abierta en el centro de la fortificación.
En cuanto a la muralla, esta fue destruida hacia el siglo IV a.C., posiblemente a consecuencia de la conflictividad existente por el control del valle del Duratón entre las ciudades celtibéricas emergentes.
Ajuar funerario en el Museo de Segovia
Precisamente, el ajuar funerario celtibérico hallado en la ‘tumba 3’ de la necrópolis de ‘Los Algarrobales’, fue la ‘pieza del mes’ el pasado marzo. Este conjunto armamentístico, datado en la segunda mitad del siglo IV a.C., está conformado por varias armas ofensivas, un puñal, un broche-tahalí y distintas puntas de lanza; elementos de un escudo como arma defensiva y se suma al conjunto una última pieza, de funcionalidad poco clara.
Estos restos que custodia el Museo de Segovia proceden del espacio funerario del yacimiento celtibérico de ‘Los Sampedros’ en San Miguel de Bernuy, en el que se realizaron diversas excavaciones entre los años 2021 y 2023. Hasta la fecha, han permitido el registro de una treintena de tumbas conformadas por fosas de planta circular. En ellas se depositaba la urna con las cenizas del difunto, así como, en su caso, el ajuar ritual.
El puñal se trata de un ejemplar del tipo ‘Monte Bernorio’, uno de los más destacados de la Meseta Norte y Alto Ebro. Se caracteriza por su singular morfología, su decoración y su destacada dimensión en algunos casos.
Por su parte, el broche-tahalí es una plancha metálica de forma alargada y de perfil arqueado, rematada en un garfio o gancho que culminaba el cinturón del puñal.
Mientras, las piezas del escudo formaban parte de la habitual ‘caetra’. Este elemento era un escudo en madera de forma circular, cóncavo al exterior, de poco más de medio metro de diámetro, con rodela de madera y cuero, y con refuerzos y anclajes con materiales metálicos.
La selección la culmina una última pieza conformada por un vástago acabado en garfio. Se cree que puede tratarse de un pasador para alguna prenda de ropa.
– ‘Del Museo al Yacimiento’ este verano en Segovia –
San Miguel de Bernuy
San Miguel de Bernuy es un municipio de la provincia de Segovia que tiene una superficie de 18,32 km² con una población de 181 habitantes y una densidad de 9,88 hab/km². Está situado en la cola del embalse de las Vencias, en el río Duratón, e integrado en la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña.