El grupo de investigación TEMSUS de la Universidad Católica de Ávila realizó un estudio en el que alerta sobre un descenso notable de las precipitaciones en Castilla y León en las próximas décadas, especialmente a partir del año 2050, y de un aumento progresivo de la temperatura media de la Comunidad de hasta un 37,5 por ciento hasta el año 2100.
Los resultados forman parte de la primera fase del proyecto ‘DUEROCHANGE’ financiado por la Fundación Biodiversidad a través del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. En esta primera fase del proyecto, se analizaron los cambios en las variables climatológicas de precipitación y temperatura ante el calentamiento global inducido, para determinar qué situación climatológica se presentará en el futuro, y así poder conocer cómo se verá de afectada la Cuenca Hidrográfica del Duero ante estos cambios.
Para ello, se calcularon las proyecciones climáticas regionalizadas en base a los cambios de temperatura y precipitación, tanto para Castilla y León como para la Cuenca Hidrográfica del Duero. Las proyecciones climáticas se desarrollaron para dos escenarios climáticos, conocidos como RCP 4.5 y RCP 8.5, y para tres periodos relativos a los años 2030, 2050 y 2100. El nombre de estos escenarios hace referencia al forzamiento radiactivo, llegando a alcanzar 8.5 W/m2 en el año 2100, equivalente a unas 1370 ppm de CO2 equivalente, lo que supone el peor escenario de los posibles a analizar.
Según la regionalización, las precipitaciones presentarán unas disminuciones considerables, mucho más marcadas en la zona central de Castilla y León. Sin embargo, estos valores en zonas de alta montaña se ven más reducidos. La precipitación media anual se reducirá entre un 3,5 por ciento, según el escenario RCP 4.5, y un 12,6 por ciento, según RCP 8.5, para el año 2100. Igualmente, el estudio concluyó que tanto para un escenario como para el otro, el decrecimiento de esas precipitaciones será más notable a partir del año 2050.
En el caso de la temperatura media anual, las proyecciones regionalizadas indican una tendencia al aumento, que en el caso del escenario RCP 4.5 proyecta un aumento de temperatura con un punto de inflexión en 2030, donde comienza a aumentar de forma considerable.
Así, el aumento previsto desde la actualidad hasta el año 2100 en el escenario RCP 4.5 es de 2,26 grados centígrados, mientras que en el escenario RCP 8.5, el aumento previsto para ese mismo año es de 4,12 grados, lo que supone un aumento del 37,5 por ciento hasta 2100 en este caso extremo de emisiones de gases de efecto invernadero.
A partir de los datos obtenidos en esta primera fase, se procederá a modelar las redes hidrológicas para los distintos escenarios analizados, evaluando la presencia de hábitats reparos y estudiando su conectividad, lo que supone el objetivo principal del proyecto.