Una acción teatralizada exige en Valladolid mejoras en la gestión de los residuos y la reducción del uso de plásticos

Asociaciones ecologistas y vecinales hicieron hoy una acción teatralizada para denunciar que el contenedor amarillo no es la solución y el incumplimiento de la Ley de residuos, que exige limitar el vertido del total de los residuos municipales generados al 35 por ciento. En estos momentos, aseguraron que casi el 80 por ciento de los que llegan al Centro de Tratamiento termina en el vertedero.

En un comunicado, los promotores explicaron que el Ayuntamiento de Valladolid aprobó en marzo la adjudicación a la empresa Fomento de Construcciones y Contratas del concurso para la instalación y recogida de contenedores amarillos por toda la ciudad que tiene por objeto “la recogida selectiva de envases ligeros, incluyendo la contenerización y transporte de los materiales recogidos hasta la planta de tratamiento de residuos de Valladolid para su clasificación”. El importe supone para las arcas municipales un total de 1,77 millones.

Esta adjudicación, según los colectivos ecologistas y vecinales, constituye la primera propuesta en la ciudad de «privatización» de una parte de la recogida de los residuos urbanos, y, por lo tanto, un «precedente peligroso» para el futuro del servicio municipal. Además, criticaron que se hace con una estimación de costes inferior a los actuales de dicho servicio.

Esta actuación se enmarca en el convenio que ya tiene suscrito el Ayuntamiento con Ecoembes para la recogida de envases ligeros (que no son competencia municipal), y, aunque esta fracción de los residuos está sometida a responsabilidad ampliada del productor y sus costes de implantación serán sufragados por el mismo, el Ayuntamiento estima, en sus propios pliegos, unos costes definitivos de 250.000 euros para el periodo de vigencia del contrato según sea la realidad de la recogida y el porcentaje de impropios.

Con esta propuesta, aseguraron, se da cauce a los intereses de Ecoembes que siempre ha optado por una recogida diferenciada de los envases que gestiona (contenedor amarillo). Al respecto, citaron el informe de Greenpeace que se señala “que el nivel de recuperación de envases de plásticos a nivel estatal es del 25,4 por ciento, muy lejos de las ratios anunciados por Ecoembes, de hasta el 75 por ciento”.

Igualmente se indica que “según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, más del 40 por ciento de los envases recogidos en el cubo amarillo es rechazado en las plantas de separación”. También muestra, según las organizaciones ecologistas, “que una buena parte de los plásticos recogidos en el contenedor amarillo acaban en otros países y que es imposible actualmente la completa recuperación material de los tetrabriks”.

Frente a la colaboración con Ecoembes, abogó por la implantación de un sistema de depósito, devolución y retorno en el que el consumidor se compromete a hacerse cargo del residuo que genera y, cuando lo hace, se le premia con la devolución del dinero.

Este sistema, implantado desde 1984 en algunos lugares, funciona actualmente en los países más avanzados de la Unión Europea en materia medioambiental (Alemania, Suecia, Noruega, Holanda Dinamarca, etc.) y en otros países del mundo (Estados Unidos, Australia y Canadá). En Cataluña ya lo están implantando diversos ayuntamientos.

Esta actuación sobre el contenedor amarillo sigue a la reciente renovación de un protagonismo importante de la empresa privada en la gestión del Centro de Tratamiento de Residuos. Por ello, exigieron el cumplimiento real de la jerarquía de las “tres erres”: reducción, reutilización y reciclaje.