En Londres ya saben que la capital segoviana ‘It´s not a fairy tale, It’s Segovia’, ‘No es un cuento de hadas. Es Segovia’, como se puede ver en esta noticia, y, además, en la provincia tenemos un pueblo medieval de cuento en Segovia al que viajamos en esta ocasión, aunque no es el único.
«El corazón de Pedraza se encuentra en su Plaza Mayor, un lugar de encuentro, único y cargado de historia», destaca el Ayuntamiento de Pedraza en su página web.
En su descripción, el consistorio dice de ella que es «irregular en su forma y creada para que las familias nobles de la Villa disfrutaran desde sus balcones, de los festejos taurinos celebrados desde 1550».
De hecho, pasear por la Plaza de Pedraza, y las calles de la villa segoviana, es un auténtico viaje en el tiempo.
A día de hoy, continúa explicando, «sigue transformándose en plaza de toros, luciendo sus mejores galas durante las Fiestas Patronales en honor a la Virgen de Carrascal».
Reconoce el consistorio que «pocas familias fueron las privilegiadas de vivir en esta Plaza». Aún en la actualidad, conserva palacios y casonas datadas en los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por «imponentes fachadas y elegantes escudos de armas, encargados de recordarnos hoy, a quién pertenecieron entonces».
Viaje al pasado
Sin embargo, la villa de Pedraza cuenta con muchos otros atractivos.
También merecen una visita el castillo, la Cárcel de la Villa, la Iglesia de Santo Domingo o el Centro de Interpretación del Águila Imperial.
Recorrer sus calles y rincones es una invitación a adentrarnos en épocas pasadas, y ver la historia con nuestros propios ojos.
Museo cárcel de la villa de Pedraza
Instalado en un edificio del siglo XIII a la misma puerta de la muralla, el museo permite conocer la historia de la cárcel de Pedraza, explica Turismo Castilla y León.
Allí, es posible «descubrir cómo eran sus celdas, o los cepos y grilletes utilizados para inmovilizar a los presos».
Además, se pueden ver los dos niveles de mazmorra con los que contaba la antigua prisión. Por un lado, «el superior, reservado para delincuentes menores». Por otro, «el sótano, destinado a los criminales más peligrosos».