Este monasterio de Segovia abre sus puertas al público, por primera vez, después de casi 600 años cerrado a los ojos de los visitantes.
Una asociación sin ánimo de lucro, Camino del Asombro, se ha propuesto recuperar monasterios de España y devolverles su propósito original como centros de contemplación, conocimiento y comunidad.
Así, este ambicioso proyecto no se limita a la restauración arquitectónica, sino que busca reactivar el alma de estos espacios.
El Monasterio San Antonio El Real en Segovia, punto de partida
Concretamente, el Monasterio de San Antonio el Real, en Segovia, es el primer enclave seleccionado para desplegar este propósito.
Fundado en el siglo XV por Enrique IV de Castilla y posteriormente transformado en monasterio real por Isabel la Católica, el conjunto es una joya histórica y artística. Y es que, desde el retablo flamenco de la Pasión hasta sus techos artesonados de estilo mudéjar, el monasterio alberga siglos de historia viva.
Actualmente, gracias a la iniciativa de Camino del Asombro y en colaboración con la Federación de Monjas Clarisas, este monumento comienza una nueva vida como centro autosostenible, abierto al diálogo entre tradición y contemporaneidad.
Una red contra la despoblación
España cuenta con alrededor de 900 monasterios de vida contemplativa, de los cuales 450 están en Castilla y León.
No obstante, la mayoría afronta un grave proceso de despoblación y deterioro debido al envejecimiento de las comunidades religiosas y a la falta de relevo generacional.
Camino del Asombro plantea reconvertir estos espacios en motores de dinamización rural y centros de conocimiento.
El proyecto aspira a generar una red de monasterios vivos, comenzando por Segovia capital, Alcalá de Henares y Villacastín, también en la provincia de Segovia, que se conviertan en refugios en un mundo cada vez más saturado de ruido y velocidad.
Espiritualidad, sostenibilidad y futuro
De hecho, los monasterios no son sólo vestigios del pasado, también pueden ser laboratorios del futuro.
Para ello, Camino del Asombro ha desarrollado un gemelo digital del Monasterio de San Antonio el Real y se proyectan experiencias inmersivas para visitantes.
Además, la asociación promueve la autosostenibilidad a través de huertos, mercados de cercanía, talleres de herboristería, caligrafía y cocina esencial. El bienestar se cultiva desde la tierra, el silencio y la comunidad.
Hospederías y espacios culturales
Precisamente, uno de los pilares del proyecto es la creación de hospederías monásticas.
De ese modo, el Monasterio de San Antonio el Real ofrecerá estancias sobrias, sin estímulos superfluos, donde el descanso, la reflexión y la creación encuentran su lugar.
Paralelamente, se habilitarán zonas culturales y museísticas que pondrán en valor el legado histórico, artístico y espiritual de los monasterios.
Financiación y comunidad
Para sostener esta visión, Camino del Asombro combina subvenciones públicas, donaciones privadas, mecenazgo cultural y campañas de crowdfunding.
Se trata de un modelo de «financiación participativo que permite mantener la independencia del proyecto y su fidelidad al entorno», afirma la organización.