Tres presos han aparecido muertos en la cárcel de Perogordo en las últimas 24 horas.

Según ha informado CSIF en un comunicado de prensa, la primera muerte se registró ayer domingo 9 de febrero, cuando un preso de 25 años falleció por ahorcamiento en el departamento de aislamiento de la cárcel de Segovia. A esta muerte se suman las dos registradas esta misma mañana de lunes en el centro penitenciario de Segovia, durante el recuento de las 8 de la mañana, cuando han aparecido muertos dos internos, compañeros de celda, del módulo 3.

El primer fallecido fue descubierto ahorcado sobre las 13,00 horas del domingo en el departamento de aislamiento, cuando se procedía al reparto de la comida. Los funcionarios intentaron reanimarlo durante unos 20 minutos hasta que llegaron los servicios médicos que, finalmente, confirmaron su fallecimiento.

Las autopsias que se lleven a cabo determinarán cuál ha sido la causa de las otras dos muertes ocurridas en el centro penitenciario, en el módulo 3. Lo sucedido se encuentra, actualmente, en fase de investigación por la Autoridad Judicial.

CSIF denuncia una vez más la falta de medios personales, materiales y de formación, al tiempo que destaca la «magnífica profesionalidad de los funcionarios que llevaron a cabo el intento de reanimación, pese a la precariedad que seguimos sufriendo en cuanto a medios y personal”.

El sindicato recalca que «en la actualidad, en el área sanitaria se han perdido más de 200 médicos a nivel nacional en los últimos tres años, casi la mitad, al no ser atractivas por el tema retributivo. En Segovia se encuentran sin cubrir las plazas de dos médicos, una enfermera y un auxiliar de enfermería. También consideramos muy insuficiente la atención psiquiátrica que recibe la población reclusa, que se limita a la visita de un psiquiatra dos veces al mes para atender a todos los internos que padecen patologías psiquiátricas.»

CSIF considera «de máxima urgencia que la Administración Penitenciaria desbloquee de una vez por todas la situación que se vive en prisiones y se dé soluciones a la falta de personal con más de 3200 vacantes a nivel nacional, el envejecimiento de las plantillas, la falta de medios, de actividades formativas, la transferencia de la Sanidad Penitenciaria a las Comunidades Autónomas como posible solución a la falta de estos profesionales y unas retribuciones dignas acordes con las difíciles funciones que desarrollamos cada día.»