“No va haber ninguna desescalada hasta el 5 de abril” y a partir de esa fecha se analizarán los datos y los territorios donde lleven “muchos días” en nivel de alerta 3 pasarán, “no habrá problema”. Así lo aseguró hoy la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la rueda de prensa informar de la situación epidemiológica en Castilla y León por la pandemia del COVID-19, informa Ical.
Asimismo, Casado explicó que se trata de un acuerdo de Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS), con independencia al acuerdo adoptado por la Junta, que «está ahí». “En el acuerdo lo pone, no debe hacer ningún cambio de nivel de alerta. Y así vamos a seguir”.
De esta forma, la titular de Sanidad destacó que la Junta irá de la «mano» de indicadores epidemiológicos y sanitarios, por lo que a partir del 5 de abril se analizará la situación y podrían algunas provincias que cumplan desde hace días las condiciones de nivel 3 reducir sus restricciones.
Verónica Casado aseguró que en esas circunstancias no tendrán problema en hacerlo, pero recalcó que debe haber «mucha prudencia» para evitar que la desescalada provoque la llegada de una cuarta ola, que recalcó no podría ser en términos sanitarios, sociales y económicos «muy complicada».
La titular de Sanidad insistió en que la llegada de una «nueva ola» es «asumible» como lo fue la tercera, cuando -dijo- no la esperaban «para nada». «Sabemos cuales fueron las causas, la movilidad y el contacto social», agregó por lo que ahora abogó por ser «muy cuidadosos», porque reiteró si se controlan los contagios no habrá cuarta ola. «Va a depender de lo que se haga», dijo.
«Juntos podemos», afirmó la consejera de Sanidad quien recordó que la situación de las UCI sigue siendo complicada en Castilla y León, lo que unido a una nueva oleada de casos, podría «bloquear» el sistema sanitario.
Finalmente, Verónica Casado insistió en que Castilla y León está en un «valle», en el que confió en que se produzcan «fluctuaciones», con algún repunte, pero que recalcó exige controlar la movilidad y el contacto social. Por ello, insistió en que ahora mismo Castilla y León no tiene «malos datos», pero aseguró que deben trabajar para que sean «aún mejores».