«Atención pueblo español, entras bajo tu propio riesgo» reza el cartel, que se ha hecho viral, y que advierte de los riesgos que puedes correr si no te gustan los pueblos y vienes a uno de ellos.
– Amor a primera birra en Torregutiérrez –
El cartel ha sido compartido en la red social X, anteriormente Twitter, por David Ortega.
Avisa de que en los pueblos hay campanarios con campanas «que suenan regularmente». También hay gallos, que empiezan a cantar «muy temprano». Además, se pueden ver, y oler, rebaños «que viven cerca».
Y, ojo, que los rebaños no sólo pueden «molestar» a los visitantes también por el ruido con sus cencerros.
– Un pequeño pueblo de Segovia acoge un gran festival de grupos emergentes –
Eso sí, también aconsejan en el cartel, tener en cuenta que agricultores y artesanos trabajan «para que tú puedas comer».
Por todo ello, el cartel que muestra David Ortega, en su cuenta de X, concluye que si todas esas circunstancias te van a molestar es porque «estás en el lugar equivocado».
– Trashumancia por un pueblo de Segovia –
Por el contrario, «encontrarás una cálida bienvenida y mucha amabilidad».
Visto en Duruelo (Segovia). pic.twitter.com/f1cTmgouO1
— David Ortega (@Daviddcoba) May 18, 2024
Comentarios al post
Tras la publicación del post, son numerosos los comentarios que ha generado.
De este modo, hay quien recuerda que sus «nuevos vecinos en el pueblo se han quejado de las campanas, las campanas han dejado de sonar».
También quien cree que «con este cartel de parvulitos y lleno de tópicos, sólo muestran falta de hospitalidad encubierta de orgullo rural».
Otros están totalmente de acuerdo. Y, en ese sentido, apuntan que lo que indica el cartel es «una verdad como un templo. La mayoría de los que vienen de fuera son los que no se adaptan donde van».
«Esto se nos va de las manos, comienza a parecerse a esas instrucciones que acompañan a los electrodomésticos en EEUU: no enchufar si ha salido de la ducha y sigue mojado, no morder un cable eléctrico enchufado a la corriente… Y evidentemente no es culpa de las zonas rurales», señala otro.
También hay quien concluye que «como urbanita, no entiendo que algunos se quejen de cuatro ruidos que oyen en un pueblo cuando en la ciudad nos ensordecen cuatro mil».