José Luis López Antón, segoviano, de San Rafael, es un reconocido director de orquesta, que a pesar de su juventud, tan solo tiene 31 años, ya ha dirigido a la Orquesta de RTVE, la Sinfónica de Castilla y León, la Royal Film Concert Orchestra o a la Orquesta Sinfónica de México en un concierto con Mago de Oz que reunió a más de 20.000 espectadores en Ciudad de México.

José Luis ha dirigido en las principales salas de concierto españolas como el Auditorio Nacional de Música de Madrid, el Palau de la Música de Barcelona, el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, el Kursaal de San Sebastián, el Teatro Cervantes de Málaga o el Wizink Center de Madrid.

Entre sus sueños, actuar en el Teatro Real o compartir escenario con Sir Simon Rattle.

En esta entrevista a segoviaudaz.es nos desvela detalles de su carrera y nos permite conocer su faceta más personal. *Spoiler: le gusta la tortilla de patata, con cebolla, y le relaja el paddle.

  • ¿Cómo y cuándo empezaste en el mundo de la música?

La música siempre ha estado presente en mi vida, desde pequeño. Mi padre toca el saxofón y mi abuelo tocaba la guitarra. Recuerdo un concierto de verano en la plaza de La Constitución de El Espinar, junto al Ayuntamiento, con la iglesia de fondo, en el que resonaban las cigüeñas, yo era muy, muy pequeño, pero ahí, creo, se plantó la semillita.

Estuve en la Escuela de Música y en la Banda de El Espinar, y luego en el Conservatorio Profesional de Música. Ahí, en el Conservatorio, viví una especie de catarsis y fue cuando me planteé la dirección orquestal. Empecé sin mucha pretensión, con la idea de seguir estudiando y ampliando, y me empezaron a llegar oportunidades laborales.

  • ¿Qué define al director de orquesta?

Para ser director de orquesta es necesario tener práctica instrumental, acerbo, conocimientos, práctica en grupo; es decir, saber tocar algún instrumento tanto en solitario como el grupo, y luego ya das el paso. Yo toco el saxofón y el piano, y algo, aunque son nociones más bien básicas, de violoncello sobre todo para conocer el funcionamiento de los instrumentos de cuerda.

Son precisos conocimiento de interpretación, música coral, instrumental, armonía, historia de la música, técnica, estética… Es una disciplina apasionante, a la par que dura, compleja y exigente.

  • Con tan solo 31 años, eres uno de los directores de orquesta más prestigiosos. ¿Qué se te pasa por la cabeza cuando lees en las críticas que eres una de las más brillantes promesas de la dirección de orquesta en España?

Bueno, en esta carrera pasas de ser una joven promesa a un gran director consolidado (sonríe). No hay periodo de transición. Son etiquetas que te catalogan. Por edad, tengo 31 años, soy una joven promesa, sí. En realidad, nunca dejas de aprender. De hecho, es una profesión en la que no es necesario jubilarse. Mira, por ejemplo, Daniel Baremboim, tiene más de 80 años y sigue en activo.

Tu ‘mochila histórica’ va creciendo con el paso de los años. Hay que estar siempre a la última y, además, la propia experiencia vital y musical, hacen que la misma obra sea diferente en cada momento de la vida.

Para mi, la música es una buena compañera de vida.

  • ¿Ha sido muy duro llegar hasta aquí?

No. Es cierto que es una profesión exigente, tremendamente solitaria, a la que dedicas muchas horas diarias, de 10 a 12 horas trabajando, continuamente viajando… pero pesan más los aspectos positivos que los negativos.

Lo más difícil de este trabajo es la exigencia, aunque a mi me compensa.

  • ¿Se puede llevar una vida ‘normal’ siendo director de orquesta?

Se puede y es que, además, es necesario. No se puede ser un buen director si no se tienen otras vivencias personales. Sería obsesivo solo dedicarse a la dirección de orquesta.

Para mi, por ejemplo, la pandemia fue un impasse. Me dio la oportunidad de retomar algunas actividades. En mi caso, el paddle, el deporte, la vida personal y familiar me dan esa estabilidad que es necesaria y me enriquece. Por ejemplo, Herbert Von Karajan descubrió el yoga pasados los 50 y le cambió la vida. A mi, lo que me gusta es el paddle.

  • ¿Tu primer gran concierto?

Tengo dos grandes hitos en mi carrera.

Por un lado, el concierto con la Orquesta de Radio Televisión Española, que es algo icónico para cualquier músico.

Y, por otro lado, el concierto en México con Mago de Oz, con la orquesta sinfónica nacional, con más de 20.000 personas escuchando.

No son los únicos, también la Orquesta Sinfónica de Castilla y Léón es una maravillla; ha sido un privilegio poder verles desde pequeño y, ahora, dirigirla con la ópera ‘Los Comuneros’.

  • ¿Dónde te gustaría actuar?

He estado en el Palau de la Música de Barcelona, el Auditorio Miguel Delibes de Valladolid, el Kursaal de San Sebastián, el Teatro Cervantes de Málaga o el Wizink Center de Madrid.

Me gustaría dirigir en el Teatro Real y en el Liceo de Barcelona.

  • ¿A quién te gustaría dirigir?

No sabría decirte en concreto, la música es mi sueño. Quizá a la Filarmónica de Berlín.

  • ¿Con quién te gustaría compartir batuta?

Sin duda, con Sir Simon Ratlle. Sería toda una experiencia. Compartiría batuta, vino y charla interesante después.

  • ¿Sueles ir por tu pueblo, San Rafael?

Sí suelo ir, aunque menos de lo que me gustaría, a visitar a la familia y amigos, hacer un recorrido por la carretera forestal, por el pinar

José Luis López Antón, de cerca

Compositor favorito.- Antonin Dvorak

Tema favorito.- La Novena sinfonía de Beethoven

Escenario favorito.- El Palau de la Música

Comida favorita.- Tortilla de patata con cebolla

Tu lugar para desconectar.- Una pista de paddle