Castilla y León es una tierra con profundas y arraigadas costumbres que han pasado de siglo en siglo y de generación en generación; aunque hay algunas que están impregnadas en los pueblos hay también tradiciones menos conocidas en Segovia.

Comenzamos en la villa de Sepúlveda, una de las localidades con más tradiciones en la provincia de Segovia. En esta ocasión, rescatamos dos de ellas.

Sepúlveda

La Misa de Minerva se remonta a épocas medievales, y la Cofradía del Corpus Christi la celebra el tercer domingo de cada mes, en la Iglesia de El Salvador, una de las primeras del románico segoviano, y tras la que el Santísimo Sacramento recorre solemnemente bajo palio el pórtico en procesión a los redobles del tambor, en una ceremonia llena de encanto y misticismo. El origen de esta misa, cuenta Sepúlveda Turismo, se encuentra en el s. XVI, relacionado con la época de la reforma de Lutero y la Contrarreforma Católica.

«La Cofradía del Corpus Christi de Sepúlveda inició en 2005 trabajos para indagar en la tradición de las Minerva. Fruto de su trabajo fue el Congreso Nacional de Misas de Minerva celebrado en Sepúlveda el 19 y 20 de noviembre de ese mismo año.

La Misa de Minerva toma su nombre de la iglesia romana de Santa María sopra Minerva, un templo cristiano levantado sobre otro, pagano, dedicado a la diosa romana de la sabiduría. El Papa Paulo III aprobó, en 1539, la cofradía de la Minerva, que había sido fundada por el dominico Tomás de Stella en dicha iglesia y que se caracterizaba por la defensa de la Eucaristía que tenía entre sus normas la exigencia a los cofrades de asistir, los terceros domingos de mes, a una misa con exposición del Santísimo. Con el paso del tiempo, numerosas cofradías se fueron agregando a la de Roma, entre ellas, la de Sepúlveda y otras segovianas, como la de Chañe, en cuyo templo se conserva una bula firmada por el Papa Benedicto XIV en 1748 concediendo a la parroquia su unión a la cofradía romana», explica Sepúlveda Turismo.

Además, Sepúlveda es conocida como la villa de las Siete Puertas. Fortificada durante la Edad Media, aún conserva tramos de su muralla datada del siglo X, destacando los de la Barbacana y el Postiguillo, entre sus puertas sobresalen la del Azogue o Ecce Homo, la de la Fuerza, o la del Río considerada la principal de la Villa. En los torreones del Castillo, las campanas que dan la hora y el tradicional toque de queda.

Cabezuela

Entre las tradiciones de Cabezuela, destaca la ‘Hacendera’, en la que «los vecinos realizan trabajos comunitarios. «Siempre se hace el martes de carnaval. Un hombre de cada casa acude a la hacendera, convocada por el ayuntamiento, para arreglar caminos, zonas deportivas, las escuelas, algún parque, etc. Por la tarde, el ayuntamiento invita a los participantes y a los jubilados a escabeche y vino. Era una tradición en los pueblos de Castilla que muchos han perdido.

Más reciente es la celebración de la ‘Sifonada’ donde los vecinos participan en una guerra de sifones que suele tener lugar el último día de las fiestas patronales de septiembre», detalla el Ayuntamiento de Cabezuela.

Santa María la Real de Nieva

Las fiestas de Santa María la Real de Nieva en honor de su patrona se celebran durante la segunda semana de septiembre y el Ofrecimiento de los Cirios es una de sus tradiciones más conocidas. «Los vecinos de cada una de las calles llevan un cirio a la virgen que es transportado por dos jóvenes vestidos con trajes típicos. Al salir cada uno de los cirios de las tres primeras calles, toca una banda de música y la gente baila y toma el refresco que ofrecen las pedidoras. Entre el acompañamiento figuran las propias pedidoras, ataviadas con el traje tradicional o con la mantilla española.

Al llegar a la iglesia, el párroco recibe el cirio que es conducido hasta el altar mayor tras dar una vuelta por el interior de la iglesia. En ese momento cesa la música y, tras el silencio que impone el ‘toque de la esquililla’, una ‘cantarina’ acompañada por una pandereta entona unas coplas en honor a la virgen para pedirle favores o agradecerle los ya recibidos», relata el Instituto de la Cultura Tradicional Segoviana Manuel González Herrero.

San Pedro de Gaillos

Esta localidad tiene un museo dedicado al paloteo, es un baile típico por buena parte de la geografía segoviana y en San Pedro de Gaillos hay incluso un museo dedicado al paloteo.

El Paloteo consiste, explica el Instituto de la Cultura Tradicional Segoviana Manuel González Herrero «en una escenificación de una coreografía de baile corta en la que los danzantes golpean entre sí o con el danzante que tienen de frente dos palos cortos al ritmo de la música.

Estas pequeñas coreografías se llaman lazos o calles y se van repitiendo generalmente de cuatro en cuatro: la primera de frente al espectador, la segunda hacia la derecha, la tercera hacia atrás, la cuarta hacia la izquierda y a veces para rematar la quinta de frente al espectador, aunque las hay muy variadas y no siempre siguen esta secuencia.

Por entre los danzantes deambula un personaje que en algunos pueblos va vestido con un traje grotesco de vivos colores y que recibe el nombre de el zorra. Siempre porta en sus manos un bastón de mando, del que cuelga una vejiga de cerdo inflada, denominada zambomba, con la que golpea al danzante que se confunde o al espectador que se acerca demasiado a los danzantes. Su autoridad en el paloteo es aceptada por todos, danzantes y espectadores. Otra misión que tiene el zorra es proporcionar los palos a los danzantes y recogerlos al final del paloteo.

Las melodías de los paloteos son interpretadas por la dulzaina y el tamboril y el ritmo de los palos de los danzantes al entrechocarlos«.

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